martes, 20 de junio de 2017

El Orgullo y el Amor: Mala combinación.


Era un día es especial, en casa había mucha gente, todos familiares del interior, del Oriente de mi país, estaban ahí por la graduación de una prima que durante su período de estudiante vivió con nosotros. Sin embargo, entre tanto ajetreo y bullicio yo tenía otro evento que me tenía entusiasmado, se trataba de una cita a ciegas con Margarita, con ella llevaríamos unos tres meses hablando por teléfono, pero sin conocernos, lo único que sabíamos el uno del otro era las señas que a ambos nos había dado otra de mis primas, una cupido de carne y hueso, ella me describió a Margarita y me entusiasmo tanto que la tuve que contactar vía telefónica, cuando lo hice Margarita me dijo que esperaba mi llamada hace un par de días, pues mi prima eso le dijo, ella también tenía en mente alguna imagen pero solo eso. Esa semana, ella me sugirió que si nos conocíamos, a lo cual estuve de acuerdo, para el caso quedamos para el sábado siguiente, o sea, hoy. Fue tanta mi emoción que olvide la actividad que tendríamos para dicha fecha, pero al final de cuentas a mi no me interesaba ir a un acto de graduación y su respectiva misa, a lo que no deseaba perdérmelo era la reunión familiar por la noche, por lo que asumí que para esa hora ya estaría libre. Luego del almuerzo de aquel sábado y entre tantos familiares que nos peleábamos por el único baño de mi casa, aproveche un descuido y me entre al baño, una vez adentro que alegara quien así lo considerara, pero yo ya me encontraba completamente desnudo bajo la ducha, al termino de unos cinco minutos salí del baño, pues, no se necesita de mucho tiempo cuando te bañas a diario, además la consideración del caso fue determinante. Ya afuera y en mi cuarto procedí al ritual adolescente frente al espejo, extraje mis galas de galán para estas ocasiones, la rasurada de mis queridos y consentidos tres únicos pelos en la barbilla, sabía que crecerían otra vez y mucho más gruesos, lo que me llevaba tiempo, y creo que a todos, era el peinado, que si un pelo indómito, que si vaselina, que si fijador, que si me peinaba como algún galán de novela, de cine o de algún amigo fisiquín, en fin, ese era el dilema, además el verse de frente al espejo,de perfil izquierdo y derecho, por detrás, vaya al escribir esto me siento peor que una señorita, me pregunto así estaría Margarita también. Después de un largo, pero largo rato, quedé según yo muy bien, salí de mi cuarto y mis primas me chiflaron, yo dije estoy muy, pero muy bien.

_Gracias chicas.

Dije todo caquero y orgulloso, al cabo es lo miso, jejeje. En casa todos creían que mi aspecto de ese día se debía al evento familiar, pero no era así, bueno en el fondo también, pues, aquel look me debía de servir hasta para la noche en la reunión. Pedí un permiso pues, el tiempo apremiaba ya, entre miradas de como quien dice: ¿Y este a donde va? ¿Se le ha olvidado de la actividad familiar? Yo no espere a dar explicaciones simplemente grité.

_Nos vemos en la fiesta. 

Y me fui, salí a la esquina, justo donde estaba la casa de don Mario y su grandiosa aportación, su inolvidable árbol. (Ver el árbol de don Mario). No tardó mucho cuando un autobús ruletero, gritaba el ayudante.

_¡Periférico. Centro!

Le hice la señal de parada y cuando este se detuvo frente a mí, subí y me dirigí al lugar de siempre, claro si este no estaba ocupado ya. Yo tenía tres lugares preferenciales, y esta vez, me tocó el numero uno. En cosa de 35 minutos, por haber mucho transito, llegué al lugar de la terminal de estas lineas del servicio urbano, me baje y al hacerlo me detuve frente a una vitrina que parecía un espejo enorme, revisé mi presencia y esta seguía intacta, con la confianza que esto te da, procedí mi andar hasta el punto de reunión, según mi reloj, el cual siempre lo usé en la muñeca derecha, ya saben para ser diferente del resto, me indicaba que me quedaban aun quince minutos para mi cita, caminé con seguridad pero mientras más me acercaba al lugar de encuentro, uno de los mejores cines de la zona uno y sexta avenid (ya les he contado de  este mágico lugar) mi estómago empezaba a experimentar a lasa condenadas mariposas que alocadas y con miedo deseaban salir huyendo de mí, por mi boca y mis poros, pues también me llegó ese incomodo sudor frío. Al fin, llegué al lugar, entre a su lobby, en él muchas parejas dispuestas a ver uno de tantos estrenos, yo por mi lado no deseaba ver un estreno, este día era para entrar a la sala que presentara una película no de mi interés, pues, por mi mente no se cruzaba la idea de ver la película, eso no. Llegué al punto de encuentro acordado y en el lugar nadie, eso no me preocupaba pues, cuando una mujer a llegado puntual a su cita y menos una a ciegas, además quien me aseguraba que ella no se encontraba en algún punto del lugar observando si le gustaba o le desagradaba y si era el caso se iría sin nunca llegar a conocernos; luego de unos desesperantes cinco minutos o algo así, apareció una imagen increíble, con las características de Margarita, esta chica iba vestida tal cual ella me dijo que llegaría, además la chica desconocida caminaba con rumbo hacia mí, mientras esta lo hacía mi corazón se desbocaba me resonaba por todo el cuerpo, Margarita no era como mi prima la describió, no era como ella se describió (la modesta) no era como la había imaginado y eso ya era palabra mayor, pues la imaginación de cada quien le pinta a uno, en mi caso a una hembra increíble, pero esta que caminaba hacía mí, superaba las expectativas de cualquiera en mi situación.

_Hola. Imagino que tú eres Sergio. ¿verdad?
_Me temo que me confunde señorita. Pero si usted así lo desea yo seré ese idiota de Sergio que no ha venido; seguramente. Además imagino que por su pregunta usted no le conoce ¿o me equivoco?
_Qué pena. Disculpe. Le pido un permiso.

Dijo ella muy intimidada y se alejó de mí, pero al darse la vuelta, algo que casi me provoca un paro, pero cardíaco, me sonreí y dije.

_¿Margarita? Si soy yo, era una broma, me disculpas.

Ella con el ceño fruncido me dice.

_Por supuesto que no, quien te has creído, eres un patán.

A mí se me cayó todo, incluyendo el cielo. Y justo cuando seguramente me vio palidecer, se echo a reír, como recuerdo que lo disfrutó y merecido me lo tenía yo, que no me quedó otra que también reírme, luego nos dimos un beso en la mejía. Y nos encaminamos a la taquilla, al estar ahí, ella me sugirió uno de los estrenos, pero yo le di otra mentira, le dije que ya había visto esas películas y que la única que no había visto aun era la que menos me interesaba, al final de cuentas el objetivo de la cita era para conocernos. Margarita aceptó, una vez compradas las entradas, nos dirigimos hacía la tienda de golosinas y compramos una buena porción para deleitarnos en la sala. Pero en mi mente me repetía como haría para lograr robarle un beso a tremendo mujeron y es que mi primita si que me conocía los gustos, pues de las tres chicas que me conecto de la misma manera, las tres fueron mujeres increíblemente bellas.
Ya en la sala del cine, antes de que se apagaran las luces, ambos conversábamos amenamente, parecía que sí había química entre nosotros, ella saliendo de una ruptura amorosa de la cual hasta hoy se daba la oportunidad de salir con alguien, pero que esos meses de charlas por teléfono le habían ayudado mucho, eso le gustaba de mí, que yo sin conocerme le hiciera olvidar el dolor que tuvo o que aun tendría hoy, por mi lado, no recuerdo como estaba mi situación sentimental, pero de algo si me acuerdo muy bien y era que casi nunca pude estar sin una novia, por tanto, ¿estaría con una ese día? no lo sé.
Las luces se oscurecieron, sin apagarse definitivamente, los avances de los estrenos aparecieron en la pantalla grande, fue entonces que nos comprometimos en ir de nuevo a verlas. Luego la sala se oscureció por completo, yo la veía y era increíble, era bella, en mi mente la manera de acercarme a ella sin incomodarla, debía hacerlo con mucho cuidado, pues estas citas son especiales y diferentes, nada parecido a cuando conoces a alguien y la tratas, entonces sabes bien el momento de lanzarte, pero ahora no era descifrable, además estaba lo reciente de su rompimiento con un novio de años. En ese dilema me encontraba cuando s encendieron las luces de emergencia... La energía eléctrica se había cortado (ya ven, que bueno que no fue el estreno, jejeje) La película se interrumpió a la espera del restablecimiento de la energía eléctrica, pero esta nunca llegó y el tiempo de la película se cumplió, ella me dijo.

_Qué pena pero vengo con el tiempo justo, me tengo que regresar a casa.

Yo, también tenía un compromiso, así que salimos del cine y caminamos hasta la parada de buses en donde ella tomaba su autobús que la llevaría a su casa, yo no deseaba separarme de ella así que la acompañé hasta muy cerca de su casa, pero ella me pidió que la dejara justo en ese lugar, pues no estaba bien que la vieran con otro que no fuera el que fue su novio, no por el momento, pues, aun, para ella era muy pronto y en su casa no le permitían que saliera con nadie, a la espera de que todo retomara el rumbo perdido, en cuanto a su relación, allí supe que su reciente ruptura era con alguien y que iba en serio, era su novio oficial, algo que a mí me erizaba la piel, creo que nunca fui novio oficial de nadie, bueno hasta que llegó quien hoy es mi compañera de la vida, la madre de mis hijos.
Nos despedimos sin quedar en nada, eso por las premuras de ella, se le veía un tanto nerviosa, nos despedimos de mano, ella caminó y yo también pero en sentido contrario. 

Tomé una camioneta que me condujera hacia el salón donde ya estarían mis familiares e invitados de mi prima, llegué a la fiesta y el día, o mejor la noche se me arregló, hubo esa noche alguien que pagó los platos rotos (nostalgia de tiempos que se perdieron en el pasado).

A los días de aquel fin de semana y ya sin familiares en casa, yo ansioso por llamarla, pues esperaba que ella lo hiciera, pues me quedaba la duda si le habría gustado, para mí era evidente que tal vez no, pues, de ser así ella me habría llamado, pero no lo había hecho, yo conforme, pero con el orgullo retorcido, los días siguieron su caminar y yo seguí con mi vida, pero claro después de hablar por casi dos meses a diario con alguien como que me hacía falta, pero a ella tal vez no. Se acercaba otra fecha especial, la cual, me sacaría de mi inquietud y ganas de llamarla, pero se me cruzo una fuerte gripa y eso me impidió poder viajar. Era un viernes, quince días después de nuestra cita, eran como las ocho y media de la noche, mi hermana y otra prima arreglaban maletas para su viaje de mañana, del cual ya no viajaría con ellas. Recuerdo que me entró fiebre y me dirigí a mi cuarto y me recosté, después de tomar un antipirético y analgésico, estaría quedándome adormecido, cuando a lo lejos escuché que el timbre del teléfono timbró, en breve entró en mi cuarto mi prima.

_Te llama una florecita de nombre Margarita.
_Dile que estoy ocupado que yo le devuelvo la llamada.
_¿Estás seguro? Yo que tú la atiendo y le explico, ella comprenderá y luego mañana hablan.

Sabias palabras, a las cuales ignoré, pensé en ese instante con el orgullo entre ceja y ceja, si ya esperé tanto que ahora espere ella. 

_Creo que no seguiré tu consejo ve y dile que no estoy o cualquier cosa.

Levanté la voz y me imagino que ella escuchó.

_Cómo quieras, pero para mí que será un grave error.

Dijo mi prima. Y ella muy gentilmente le explicó, Margarita repitió: Qué siga mejor. Pero según mi prima no se escuchó muy convencida.

_Ella va a pensar que no te interesa y la vas a perder.
_Deja de molestar, no ves que me siento mal, yo llamaré otro día.

Al día siguiente mi hermana y prima hicieron el viaje, y o seguía enfermo, pero al cabo de unos tres días después de aquella noche, decidí pasarme al cuarto de mi hermana, lugar en donde estaba el teléfono, este sonó y respondí.

_¡Aló!, ¿quien habla?
_Hola, soy yo.
_¿Yo? ¿Quien yo?

Claro que sabía quien era. Ella no soportó mi indiferente manera de hablar y colgó. De una marqué de nuevo y esta vez respondió una señora.

_¿Aló?
_Buenas noches señora.¿podría comunicarme con Margarita?
_Ella ahora salió, llame otro día por favor.
_Por favor dígale que llamó Sergio.
_Yo le digo con gusto.

Mientras ella llevaba el auricular a la base, alcance a escuchar a la señora quien le dijo a Margarita, qué por qué no me había atendido... Eso fue lo que escuché.

Al día siguiente llamé de nuevo, pero Margarita nunca respondió al teléfono, siempre fue la madre.

_Joven, haga un favor ya no llame más, mi hija se reconcilió con su novio, usted tuvo su oportunidad y la desaprovechó, que tenga una buena tarde y hasta nunca.

Así terminó mi historia con Margarita, pero yo no me daba por vencido, así que hablé con mi prima y compañera de estudios de ella, pero esta me dijo.

_Lo siento primo, ella no te llamó al día siguiente de su cita, esperando que tú la llamaras, pues le has gustado y ella creyó que a ti ella no te gustó, el orgullo de ambos les arruinó lo que pudo ser una linda historia de amor más.
_¿Me dices qué sí le gusté y que ella estaba insegura esperando por mi llamada? Y yo, creído que yo no le había gustado a ella. ¿Oye y no es posible que le hables de mí? que me ayudes a componer este relajo de mal entendidos.
_Lo siento primito, ya lo hice, pero ella me dijo que gracias a tu desplante, la madre de ella le contó al antiguo novio y lo de ustedes provocó que se reconciliaran. Y ahora son novios de nuevo. Creo que lo mejor es dejar las cosas como están ahora. Pero no te preocupes te tengo otro prospecto, no es tan bonita como Margarita pero si es de las de tu tipo, esta muy guapa, quieres su numero de teléfono. Ya le hablé de ti y espera a que la llames. ¿Lo quieres?
_¿Será? ¿Seguro que nada que hacer con Margarita?
_Margarita es tiempo pasado. Superalo.
_Está bien ¿y cómo se llama esta chica?
_Rocio...
_¿Rocio? cómo tú. Cual es su numero.

Rocio, mi prima me dio su número, era la tercera cita a ciegas que mi prima me entregaba en bandeja de plata. Marqué el número y al otro lado de la línea se escucho una linda y femenina voz.

_¡Aló! ¿Rocio?...


Pero esta, es otra historia.



Tomada del libro: "Historias de un adolescente Tímido" por Sergio Raga.



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