lunes, 5 de junio de 2017

Mamá Blanca


No hay momento en que no me acuerde de ti,
de ese día tan especial cuando te conocí.
Cuando Dios nos presentó. Recuerdo que dijo:
Hijo he ahí a tu madre. Madre he ahí a tu hijo.
Tú me sonreíste, yo te vi con miedo,
pero pronto se me pasó.

Y en ese momento, 
inició nuestra historia de amor.

Un amor eterno, uno que aunque ya no estás a mi lado
lo sigo sintiendo adentro de mí, pues vives ahí.

Entre tus brazos jamás frío sentí...
Tu pecho me alimentó y me enseñó a amar a la mujer.
Tus canciones hicieron crecer en mí, este deseo de escribir.
Tus besos acariciaron mi piel y conocí lo que sería el amor por una mujer.
Tus ojos iluminaron a una tenue oscuridad, mientras estrenaba mis pupilas.
Tu voz, la mejor armonía que jamás otra vez oiría.
Tus abrazos, los estrujos más suaves que extrajeron de mí siempre lo mejor.
Pues contigo conocí el verdadero amor.

Cómo podría olvidarte madre, cómo no amarte, mujer divina,
mujer que entregó de ella lo mejor para darme la vida.

Hoy que solo vives en mis recuerdos. Mamá.
Te grito: 
Vuélveme a abrazar, vuélveme a besar,
vuélveme a cantar, vuélveme a acariciar,
vuélveme a enamorar, vuélveme a arrullar,
vuélveme a consolar, vuélveme a regañar,
vuélveme a contar aquel viejo cuento antes de dormir.
Simplemente madre... 
Vuélveme a querer como lo hacías ayer.

Hoy quiero ser de nuevo aquel chiquillo.
Quiero ser tu gran amor, quiero ser tu preocupación, 
quiero ser tu admiración, quiero ser tu orgullo, 
quiero seguir siendo tu gran honor.

Hoy que ya no estás, quiero pedirte perdón.
Por las noches de desvelos, por los días de enojos,
por mis rabietas y berrinches, por mi desobediencia,
por mis malos pensamientos, por no ser quien deseabas que fuera,
por dejarte un día sin amor, por no cumplir algún día tu deseo,
por otras cosas más que me guardaré, por que me abrazó la vergüenza.
Por ello... Perdón mamá.

Ironías de la vida. 
Hoy que no estas junto a mí, en vida.
Quiero que sepas... 
Que jamás fui feliz, como cuando te conocí. Mamá.
Que jamás sentí tanto amor, como contigo. Mamá.
Que nunca volveré a amar, como te amé a ti. Mamá.
Que nadie me ha mirado con tanto amor, como tú. Mamá.
Que nadie me ha cuidado mis enfermedades, como tú. Mamá.
Que nadie volvió a cocinar los manjares que tú cocinabas. Mamá.
Que nadie me ha abrazado con tanto amor, como tú. Mamá.
Que nadie me habrá de amar, como tú. Mamá.
Que no hay otro ser que de su vida por mí. Mamá.
Que nadie me consuela en mis noches de insomnio, como tú. Mamá.
Que nadie me ha dicho cuando he fracasado, que mañana todo será mejor. Mamá.
Que sin ti, la vida ya nunca fue la misma. Mamá.

Para ti mamáBlanca, este humilde y sincero pensamiento, para que se los leas a todos en el cielo y que digas con orgullo: Esto me lo ha enviado como aniversario mortuorio, mi hijo que tanto amo.
Viernes, 5 am., Junio 9 de 2006.








No hay comentarios.:

Publicar un comentario