viernes, 30 de junio de 2017

Mar de amor


Ven junto a mí, siéntate a mi lado, observa morir el sol, juega con la arena, ¿recuerdas el día en que te conocí, el día en que dije te amo?, mi amor era inmenso como el agua de este mar, ahora es más grande que ayer, lo puedo comparar con el agua de los océanos. 

Recuesta tu cabeza sobre mi hombro, siente mi pecho suspirar y no dudes que es aún por ti, di, ¿sientes lo mismo aún por mí?

Di, ¿recuerdas?, ahora que el sol ya murió y que la noche llegó, nuestra primera noche de amor, luna de miel, desposados y enamorados, hace mucho, pero sigo aquí con mi corazón latiendo aun por ti, siento la misma emoción, el mismo vacío y en él, las mismas mariposas alocadas por huir.

Sensación que tambien siento ahora mismo, ¿me amas?, porque yo si te amo y mucho más.

Trata de no perder cada detalle, si te pierdes uno yo te lo recuerdo, pues en mí, sigue todo fresco como si fue a penas ayer.

Mi amor esta aquí, junto a mí, sentada a mi lado, jugueteando con la arena blanca, el sol hace un rato que se marchó, pero la luna nos rescató, millones de estrellas y otras pocas fugaces como el amor de miles, no es nuestro caso, nuestro amor es cómo aquella, que dije sería tuya y que tú me dijiste; no, será nuestra. ¿La ves? sigue ahí y nosotros aquí.

Sigamos otro rato simplemente observando este lindo cielo y escuchando el adormecedor vaivén de las olas, ¿sientes frío?, refúgiate entre mis brazos que son para ti la mejor franela, hecha de piel, la que te despierta una gran emoción y tremendas ganas de amar. 

Mírame a los ojos, di que ves en ellos, lo que ves reflejado sobre ellos es lo que más amo, lo sé, eres tú, tú quien ahora eres mi alma, mi amor, mi corazón, quien me mantiene con vida. Ven, acércate más, que quiero a tus labios besar.

Rico beso, uno largo, muy largo, como lo fue la prima vez, no te alejes de mí, comparte conmigo ese calor que sale de nuestra piel, poros abiertos, esperando compartir su sudor, deliciosas feromonas que aun me provocan a las mías.

Podría decir que tú y yo somos un mar de amor, que nunca se evapora, jamás se congela, mucho menos se derrite, no tenemos peces, ni corales, no tiene contaminación, pero si hay vida, amor y pasión.

A nosotros nos alimentan: Ríos de amor, ríos de pasión, ríos de comprensión, ríos de deseo, ríos de confianza, por eso seguimos aquí, y seguiremos, mientras Dios así nos lo permita. 
¿Qué dices? Que me amas. También yo te amo a ti.

Acompáñame, sigue pegada a mí, no te apartes de mi lado, tú y yo somos como aquella constelación, que a pesar de estar muy lejos de aquí, a millones de años luz, pero la podemos ver y definir muy bien, así es nuestro amor. Mira aquellos niños que juegan por allá, si ellos nos ven, pueden ver y definir que nos amamos y mucho.

Podría quedarme aquí hasta amanecer y estaría bien, pero muero por los deseos de amarte, ven, levántate y acompáñame a nuestro cuarto, es momento de amarte, momento de que me ames, es momento de que hagamos nuestra constelación de estrellas terrenales, las mismas del primer día que te entregaste a mí, esa noche eclipsamos a la luna de miel. 

¿Lo recuerdas como yo?...


 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario