miércoles, 19 de julio de 2017

Entre doctores te veas. El Orzuelo


Ya había pasado un mes de que me apareció un orzuelo en mi ojo derecho (y eso que no vi a un par de perros en plena faena sexual, cómo lo decía mi abuelita), me dirigí con mi amigo y médico en medicina general, quien me recetó un antibiótico oftalmológico en gotas, el cual a razón de cinco días me sanó; pero al mes de aquello, aún sin ver a un par de perros calenturientos, el orzuelo me resultó de nuevo y para acabar de joder la cosa, se me complicó con una conjuntivitis, pero en ambos ojos, procedí a llamar a mi galeno amigo, quien me sugirió que repitiera el tratamiento pero en ambos ojos, lo hice, pero pasaron los mismos días del tratamiento anterior y nada que mejoraba, al final de cuentas la infección cedió, pero dejaron secuelas, y como en uno de mis ojos tengo pterigión, la visión me se me ha disminuido en mi ojo. Yo, creído que esta carnocidad me estaría cubriendo el ojo, por ver de manera como si se interpusiera una bolsa de plástico transparente entre el objeto y mi visión, decidí mejor acudir con un profesional en oftalmología, para esto, hablé con mi hermano, quien seguido visita a estos médicos, me sugirió una clínica a la cual había visitado haría unas pocas semanas en busca de unos bonitos y modernos lentes, el lugar y la atención le parecieron excelentes que se atrevió a recomendarme el lugar, yo para no ir a cazar, le solicité me diera el teléfono de la clínica para averiguar el costo de la consulta y los horarios, para no desviarme en mi presupuesto y que mi visita no fuera en vano, o sea, llegar y que el doctor no estuviera, o que, por otros pacientes no me pudiera atender; así que realicé la consulta vía telefónica. Me respondió la señorita secretaría, supongo, y amablemente me dio la información que necesitaba.

_Bueno señorita, entonces por favor aparte una cita para mañana por favor.
_Con mucho gusto... Dijo la amable señorita y me pidió los respectivos datos; una vez se los proporcioné, le pregunté su nombre.
_¿Cómo se llama usted señorita?
_Beatriz.
_¿Puedo decirle Bety.? 
_Claro (risas)
_Bueno Bety, entonces será un placer saludarla y conocerla mañana.
_Solo que mañana no estoy yo, le atenderá mi compañera.
_Ah, entonces cambiemos la cita para cuando usted esté (risas)
_No tenga pena, mi compañera lo atenderá muy bien. (risas)
_Está bien, pero que quede constancia de que yo quería conocerla. (risas)
_Jajajaja.
_¿Cómo se llama su compañera?
_Se llama Mariana.

Bueno, esto fue mientras hice mi cita, al día siguiente me preparé para asistir a dicha cita, recopilé mis exámenes anteriores, de cuando me operaron el ojo, entre otros documentos, también me llevé los medicamentos que me apliqué anteriormente para mi problema de orzuelo y otros más, fui a echarle combustible a mi Toyota amarillo, modelo 75, mi auto clásico, además le pedí a mi hijo que me acompañara aprovechando que esta de vacaciones en la universidad. 

Ya con todo en orden y con el horario necesario para llegar puntual a mi cita, nos fuimos con mi hijo; a razón de veinte minutos llegamos al lugar, el centro comercial donde se ubica la clínica, parquee mi clásico y entramos al centro comercial, seguí las indicaciones de como llegar, y ahí, a unos pocos pasos, se encontraba la clínica, entramos y la sala vacía, me refiero a que la señorita quien atiende no se encontraba, del consultorio salió un señor, quien asumí era el médico y amablemente me preguntó que deseaba, yo le expliqué y él me pidió que por favor esperara mientras concluía con una consulta anterior. Mi hijo y yo nos acomodamos y esperamos nuestro turno. 
En eso, al cabo de unos veinte minutos aproximadamente, entro una señorita muy atractiva, quien de inmediato me llamó la atención, ella entró apresurada y a penas saludó, entró a una oficina y de una salió, al hacerlo, ya se encontraba otro cliente observando las vitrinas, ella se dirigió a él, yo simplemente observando el entorno, aunque en realidad a quien observaba era a la atractiva señorita quien aduje era Mariana. Una vez atendió al posible comprador y este le dijo que solo estaba viendo, ella retornó a su lugar de trabajo, entonces, entre en acción.

_Hola. ¿Mariana?  Dije a la señorita muy seguro de que la conocía de tiempo, ella me vio asombrada de por qué yo conocía su nombre, yo pensé, esta técnica es infalible, mi hijo observaba pensando lo mismo que yo, luego seguí con la estrategia.

_Cómo, ¿no me recuerdas? 
_No, disculpe, pero no lo recuerdo. (risas)
_Bien me lo imaginé, que me olvidarías, pero no tan rápido. (Yo serio, cómo indignado)
_Que pena, pero no lo recuerdo, ¿cómo es su nombre?
_¡Soy Sergio! Dije con una amigable sonrisa en mis labios.
_No, no recuerdo a ningún Sergio.
_Pero si apenas nos conocimos hará unos quince días y nos reímos tanto, pensé que no me olvidarías tan pronto.
_¿En dónde nos conocimos? (Siguen las risas)

Para ahora, mi hijo ya me veía como quien dice, bueno y este qué, se está conquistando a la chica. Yo pensé, bueno es hora de parar la broma y además en eso sale el doctor.

_No Mariana, lamentablemente para mí, no nos conocemos, yo hable ayer con Bety y ella me dijo que hoy me atendería su compañera de nombre Mariana y no pude evitar el recordar viejos tiempos, así que solo estaba bromeando, yo tengo una cita para hoy a las 11:30.
_Ah, ¿usted es Sergio Raga?
_Así es, pero no recuerdo haberte dicho mi apellido.
_No, me lo dijo Bety.
_Ah bueno, entonces si valió la pena hablar de igual manera con Bety ayer, ya ves, me ha dejado recomendado contigo. Ambos reímos, yo había derretido el hielo y la chica se había relajado, ambos reímos otro rato, mientras mi hijo moviendo su cabeza regresó a su celular. 
Al regresar a mi lugar junto a mi hijo, desde ahí seguía platicando con Mariana, pero en eso entró otro cliente, aproveché para decirle a mi hijo.

_¿Aprendiste?, esta es la técnica número 105, puedes ver que fácil es conectar e iniciar una conversación con alguien que te pueda interesar.

Mi hijo se sonrió, como quien dice, estas tus técnicas servirían en tu tiempo, ahora todo es diferente. Más sin embargo, estoy seguro que la técnica número 105, un día le será de mucha utilidad.

_Sergio pase por favor.
_Gracias Mariana. Ella seguía sonriente.

_Pase adelante señor... Sergio. por favor allá. El Dr. me señaló el lugar en donde están los aparatos para las pruebas optometristas. 
_Disculpe Dr. pero yo no vengo por lentes, yo vengo por un orzuelo en mi ojo derecho, además, quiero me examine mi ojo, pues tengo un pterigión de años, el cual yo creo me esta dañando la visión.
_De igual manera, pase allá por favor y siéntese. 
Bueno, al médico hay que obedecerlo para que nos haga un buen examen, en este caso de vista. Ya sentado.

_Le colocaré la computadora para ver la graduación que necesita.
_Disculpe que lo interrumpa Dr. pero yo no vengo por lentes, yo vengo por un orzuelo y mi pterigión.

Me ignoró y me dijo. 
_Coloqué la barbilla aquí y mire el globito que aparece al fondo. Obedecí.
_Ajá, muy bien, ahora veamos el otro. Mmmmm. Sabe una cosa señor... Sergio.
_¿Qué Dr.? 
_Usted tiene un orzuelo en este ojo.
_Si doctor, es por eso que vine y además por el pterigión. El galeno me ignoró de nuevo.
_Acá esta el resultado de la computadora. Mmmm, como lo imaginé, usted necesita lentes para lejos y también para cerca, ¿estarán bien unos bifocales?
_Dr. yo no vine por lentes.
_Ya lo dijo, pero los necesita. Ahora vamos a ver su agudeza visual, así que le colocaré una serie de lentes, usted mire hacia el fondo, ese de color blanco, ahí aparecerán unas letras y usted me dirá con cual ve mejor, ¿estamos Señor...? Sergio.
_Si Dr. sólo que esta apuntando hacía la puerta, el fondo blanco esta a estribor. Dije a manera de broma, El Dr. no se rió, tal vez no entendió y procedió a corregir el aparato.
_¿Está bien allí?
_Si Dr.
_Colocaré un lente...
_¡Dr. con ese miro perfectamente¡ Dije casi gritando y emocionado, pues veía como si fuera agua transparente, cómo si estrenara mis ojos. 
_Un momento que me falta colocar el otro lente.
_Pero Dr. con ese miraba perfectamente. El médico me ignoró otra vez más.
_¿Y, aquí como mira?
_Miro bien, pero con el otro veía perfectamente. Me ignoró otra vez.
_¿Y con este otro?
_Mejor el anterior...
_¿Y este otro?
_No, el anterior, al anterior.
_Bueno, lea con estos. Leí, pero ya no vi como con el primer lente que me colocó. Le digo. 
_Dr. puede colocar el primero que me puso por favor.
_¿El primero? pero me dijo que no era mejor que este de ahora. Vamos a ver el otro ojo, el que tiene un orzuelo y además pterigión.
_¿Cómo ve con este?
_Dr. no veo nada.
_Por supuesto que no, si este ojo tiene el orzuelo y el pterigión, además, ya ve que si necesita lentes.
_No Dr. es que no me a colocado bien el aparato, lo que tengo frente a mi ojo es el plástico del aparato.
_Ah, perdón, y ahí, ¿ya mira?
_Si, Dr. pero con este ojo no veo bien, este es el que le dije que veo como si tuviera un plástico frente a mí.
_Y, usted decía que no necesitaba lentes.
_Comprendo Dr. pero ya tengo.
_¿Cómo ve con este? Y se repitió lo mismo que con el otro, me colocó lo máximo posible, pero mi ojo no mejoraba, yo ya estaba consciente de que era irreversible. Más sin embargo, con la esperanza de siempre, pregunté.
_Dr. ¿y si me pone un lente de culo de botella?
_Ni con un culo de botella señor... Sergio.
_Bueno, ni modo.
_Pudo haberse corregido este problema...
_¿Cómo y cuando? Dije, con ilusión y con pena, pues, pudo ser hace un año o unos pocos meses, algo que me habría enojado conmigo mismo, por mi dejadez, pero el galeno me interrumpió.
_Cuando tenía siete años amigo, es un problema congénito, ahora ya nada se puede hacer.

EL médico se acercó lo más que pudo para tomar nota de los números para la graduación, yo pensé, debería de ir con un oftalmólogo, luego pensé, ojalá y mire bien, pues si se confunde con un número ya me jodí con la graduación, en eso recordé que yo no había llegado por lentes sino por mi orzuelo y mi pterigión. El Dr. caminó con su papel en mano hasta su escritorio, yo seguía sentado en el lugar de los aparatos, él escribía la receta para que me hicieran los lentes.


_Los quiere transition, bifocales y con antireflejo, para que los pueda usar en la computadora.
_¿Transition? Pensé, pretende que le compre los más caros, jejeje.
_¿Y, esos cuanto cuestan Dr.? Dije para ilusionarlo, pues no era mi intención comprarlos.
_La señorita le dirá el costo.
_Por favor haga una receta para lejos y otros para leer.
_¡¿Dos pares?!
_Si, unos par lucirlos en la calle y otros para la comodidad de mi casa, ya sabe, unos modernos y coquetos, para que las chicas me vean nice.
_Me parece excelente decisión, haré otra receta, le sugiero estas marcas...
_Bueno señor... Sergio. (nunca se le quedó mi nombre). Pase con la señorita, cancela su consulta, y realiza su orden, deberá dejar un anticipo y contra entrega cancela la totalidad. Qué esté bien.

Se levantó y yo le digo desde el fondo.

_Dr. ¿me puedo levantar y acercarme hasta su escritorio?
_¿Y qué hace aún allí? Claro acérquese. La puerta esta por acá. Seguro pensó; este pobre esta ciego.
_Disculpe Dr. 
_Si diga señor... Sergio. Me respondió tomado del picaporte de la puerta de su consultorio.
_¿Y con mi orzuelo qué hago, qué hago con mi pterigión?
_Es verdad que le descubrí un orzuelo en su ojo. Bueno para el orzuelo le regalaré estas gotas y además, por su compra le obsequiaré estas otras gotas para refrescarle sus ojitos. Apliquése dos gotas tres veces al día hasta terminar el frasco y este otro, una gota en cada ojo, este lo puede seguir comprando de por vida.
_Me lo apuntará en mi receta.
_No, memorícelo.

Abrió la puerta, salió del consultorio y se dirigió con Mariana para indicarle la compra de mi par de lentes, mientras yo salía de la sala aún con el asombro en mí. 
Una vez que le explicó a Mariana se entró a su consultorio, no sin antes decir.

_Bueno señor... Sergio, puede venir cada año, o un máximo de dos, para revisión, no olvide que es importante.
_Gracias Dr. Ah, ¿y si no me curo con estas gotas de mi orzuelo?
_Hace otra cita y viene.
_Dr. ¿y de mi pterigión ya no me dijo nada?
_De eso, ya nada que hacer, sólo cuídese mucho.

_Hola. Dijo la sonriente y guapa de Mariana, 
_Hola. Le dije sonriendo y perdiéndome en sus lindos ojos que brillaban por detrás de unas gafas.
_Mariana, solo coloque los precios por favor, yo regreso otro día sin mi hijo, y no es que no los quiera, pero me servirán de pretexto para verla otra vez. (risas) Nos dimos la mano y me despedí.


Definitivo, ¿qué sucede ahora con los especialistas en la salud? y me refiero en términos generales, pues ya con esta historia podría publicar un volumen del tema. 
Ahora nos ven como si fuéramos símbolo de dolares, se perdió en el tiempo, como muchas otras cosas más, lo importante de esta profesión, se olvidaron o a lo mejor y quien sabe, ya no les hacen el juramento Hipocrático en las facultades de medicina, hoy día para los señores de la medicina solo somos dinero. Cómo cuando irónicamente sale en las películas cuando el psiquiatra está en sesión con su paciente y lo interrumpe, llama por teléfono y dice: -Mi amor llama al contratista, pues creo que pronto tendremos una piscina en casa. Bueno continúe contando...-  Hasta ese grado de cinismo hemos llegado. 
Hago la aclaratoria de que hay excepciones, pues ya hubo alguien que me reclamó en otro escrito. 
Estoy seguro de que me encontraré con otras experiencias del tema, las cuales se las compartiré con la magia que nos permite la escritura, pues, aunque esta historia parezca ficticia y hasta cómica, es una realidad; se cambiaron algunas partes para darle seguimiento al tema. 

Bueno, amigos hasta el próximo de la serie.




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