viernes, 29 de septiembre de 2017

Si te quiero o no...


Si te quiero o no 
es cosa entre tú y yo,
si te quiero o no 
es cosa entre dos corazones,
si te quiero o no
son cosas de nosotros.

Si te quiero o no
es dolor de dos,
si te quiero o no
es problema nuestro,
si te quiero o no
solo es interés de metidos 
y chismosos.

Si te quiero o no
eso el tiempo lo dirá,
si te quiero o no
eso quien lo sabrá,
si te quiero o no
tú debes en mí confiar,
si te quiero o no
pregúntaselo al corazón 
que él seguro lo sabrá.

Si te quiero o no
eso te lo dirán los sueños,
si te quiero o no
eso te lo dirán mis ojos,
si te quiero o no
eso nadie lo puede ya dudar.

Si te quiero o no
el tiempo lo dirá,
si te quiero o no
eso ya escrito está en la piel,
si te quiero o no
eso mis labios te lo responderán
con un prolongado beso.

Si te quiero o no
eso quedo en el pasado,
si te quiero o no
es tiempo presente y futuro,
si te quiero o no
pregúntalo a las caricias 
que llevas en tus cuerpo.

Si te quiero o no
eso solo nos importa a ti y a mí,
Si te quiero o no
eso no te desvele lo sabes bien,
Si te quiero no no
solo es de abrazarte 
y dejar a nuestros corazones hablar.

Si te quiero o no
eso no le importa a nadie, 
esa es cuestión de dos, 
es cosa de dos corazones,
es cuestión entre tú y yo.

Pregunta a tu corazón, 
siéntelo en tu piel
y descúbrelo en tus labios.

Si te quiero o no
eso nunca debes preguntar,
eso nunca debes de dudarlo,
si te quiero o no 
ya lo debes de saber,
esa es cuestión de dos, 
es cosa entre dos corazones,
es cuestión entre tú y yo.
Pregunta al corazón, 
siéntelo en tu piel
y descúbrelo en tus labios
con un prolongado 
y delicioso beso.





El último viaje entre amigos


Cinco septuagenarios que se reunieron una vez más como lo hacían desde hace más de cincuenta años, tiempo en el que llegaron al vecindario y que desde entonces, nació esa amistad que había durado por décadas. Era uno de enero del tiempo presente, a casa de Juan llegaron los otros amigos para quitarse la resaca de la madrugada, Juan ya sabía que llegarían pues durante todo aquel tiempo nunca fallaron, Juan salió a recibirlos, dieron inicio las bromas entre ellos, la quietud de la casa de Juan se vio irrumpida por los amigos, el resto de la familia aun se encontraba rendida en sus habitaciones que ni sintieron la presencia de los bulliciosos amigos. Al tiempo de haber dado inicio la reunión, Armando dijo.

_Bueno cabrones, ¿nos vamos el fin de semana para la playa?  

Armando estaba prácticamente convaleciente, pues el año anterior tuvo varios infartos, pero eso no lo inhibía para pasársela bien y si era ebrio que mejor.

_Estás loco, es más, no deberías de estar bebiendo. Dijo Jorge, muy molesto con su entrañable amigo de toda una vida. A esta observación todos estuvieron de acuerdo.

_No jodan, cada primer sábado del año nuevo nos vamos a mi chalet y esta no será la excepción, además quien quita y para el próximo año alguno de nosotros ya no este. Insistió Armando.

El resto del grupo siguió con su postura de que este año no habría viaje, pero Armando seguía insistiendo, es más, les trajo recuerdos de cuando fueron jóvenes e iban con mujeres, amigas, cada recuerdo que les traía Armando a todos los transportaba a aquellas lejanas fechas, las cuales estaban ahora presentes en sus mentes como si fuere hoy mismo, al calor de los tragos y de muchas anécdotas y de la insistencia de Armando, dispusieron ir, planificaron el viaje, como siempre Armando, el más pudiente económicamente, dijo que nadie se preocupara que los gastos todos corrían por cuenta de él y en cuanto al vehículo que los llevaría a su chalet en la playa más hermosa del lugar, sería su camioneta Mercedes Benz.

_Estás loco o mejor dicho, borracho, la Meches, jamás la has llevado para allá, siempre dices que si la sal, que si la arena, en fin, tantos pretextos. Esto dijo Mario.
_Este será un viaje especial, no se han dado cuenta de que este viaje sería el de nuestras bodas de oro. Dijo entusiasmado Armando.
_¿Cincuenta años? -Dijo Juan, y agregó- ¿Cómo pasa el tiempo no? En verdad que este viaje será especial. Sí, habrá que hacerlo sin duda.
_¡Salud! Grito Jorge. 

Carlos, no dijo nada, pero estaba seguro que este viaje no se debía de hacer, ya los tiempos de locuras de juventud habían quedado en el pasado, además, la salud de Armando no era como para hacerlo, pero como siempre, no dijo nada, a pesar de que él era el más sensato de todos.

Durante la siguiente semana, la mujer de Armando se comunicó con las esposas del resto del grupo de los cinco inseparables amigos, ella estaba preocupada por ese viaje, pues la salud de su esposo Armando no era la mejor y estaba pasando por malos momentos.
Sus amigas, dijeron que harían lo necesario para convencer a sus esposos de cancelar el viaje; pero todo lo que ellas hicieron no tuvo éxito, los viejitos se negaron rotundamente, dijeron que este viaje era muy especial, por ser el cincuenta aniversario, y que después ya no habrían más viajes para ellos; que los comprendieran. Las señoras insistieron que no era por otra cosa más que por la salud de Armando, que ese era el motivo, que entendieran, que no era el momento indicado para hacer ese viaje, que lo pospusieran para el próximo año o para cuando Armando estuviera en condiciones de hacer tan largo viaje. El único que comprendió y trató de convencer a sus amigos, fue Carlos; estos dijeron que él era un hueco, que le tenia miedo a su mujer y que por eso la apoyaba, pero que si él quería que no fuera, pero que el viaje se hacía y punto. 
Las señoras entonces dijeron, que ellas harían el viaje con ellos, esto los puso como la chingada que las mandaron a freír... (por no decir a la mierda).

Llegó el día. 
Armando parqueó su lujosa camioneta frente a la casa de Juan, en la casa ya esperaban todos, como cada año. Mario dijo entusiasmado.

_Yo conduzco, Armando esta delicado.
_La que conducirá, será la más vieja de tu casa. Dijo Armando. Y luego de las risas de todos, dijo esto. ¡Ah!, no recordaba que la más vieja de tu casa, eres tú. ¡Jajajaja! Rieron todos. Carlos se puso serio y luego también rió. ¡Jajajajaja! 

Armando no dejaría que nadie condujera esa lujosa y maravilla de la ingeniería automotriz, nunca a dejado que la conduzca nadie en su casa. 

En casa de Juan las señoras con el Dios mío en los labios, pero sin evitar reír junto a los bromistas de sus esposos. En breve se abrazaron, se besaron y dieron la bendición a sus esposos y amigos de toda una vida. 
Cada quien se colocó en el lugar de costumbre y se escuchó el ruido del poderoso motor de la Meches y en medio de la tradicional bulla, la camioneta se hizo con rumbo hacía la playa. 
En la gasolinería de siempre se detuvieron para llenar el tanque, mientras el empleado llenaba y revisaba presión de llantas, entre otras diligencias propias del empleado de la gasolinera, Armando les enseñaba a sus amigos y hermanos lo que llevaba en la parte de atrás de la Meches, vivieres y mucho, mucho licor, en todas las opciones posibles, y es que, era un aniversario especial.

Mientras viajaban chistiaban, recordaban otros viajes, el primero que tuvieron que hacerlo en el transporte público por ser unos muchachos que aun no eran más que estudiantes, luego llegaron otras anécdotas, reían y mucho, otras veces quedaban en breves silencios y cada quien tenía en mente algún recuerdo especial de los distintos viajes. 
Hicieron la primera parada acostumbrada, a orillas de un puente por el cual debajo de él pasaba un caudaloso río, que un día fue de aguas limpias y que hoy era una porquería, pero que seguía siendo caudaloso, ahí hicieron un brindis por su amistad, por los cincuenta viajes. 
Eso no significa que durante el viaje no iban bebiendo, pero claro lo hacían con prudencia, ya no eran unos jóvenes.

Luego de varias horas de un cansado viaje, llegaron a las puertas del chalet, este ya estaba preparado y a las puertas, el guardián, quien les dio la bienvenida ya con la hoguera encendida para azar la carne, como lo hicieron durante tantos años.

El viaje fue incomparable, la diferencia era que ahora estaban más viejos; esa noche tomaron y bastante pero se fueron a dormir temprano, el viaje les hizo mella. 
A la mañana siguiente, Armando fue quien primero se levantó, en su mano una cerveza, llegó al cuarto de Juan y con este se dispusieron a joder al resto, los cuales, mientras fueron despertados de diferentes maneras, algunas algo desagradables, se ponían de pié y se vestían luego de recibir los buenos días de maneras que solo la hacen la camaradería; estos recibían su botella de cerveza o lo que quisieran beber.  

La estancia fue de lo mejor, ahora se encontraban con el bañador puesto frente al mar, el sol les daba al frente a los cinco amigos, estos disfrutaban de la brisa del mar que les acariciaba el dorso desnudo y las mejías, les alborotaba a unos las canas y a otros el poco pelo que aún tenían y al cual lo cuidaban como un gran tesoro. 

Después de ese momento de relajación o meditación, se hicieron en pares, para planificar lo que hoy almorzarían, que si pescado, que si cerdo, que si tantas otras cosas más. 
Armando se acercó a Juan con su vaso de licor en mano.

_Amigo, ¿no es esto bello, no es esto algo que deberíamos seguir haciendo, no es esto algo que no se podía postergar, no es esto la verdadera amistad, no es esto algo que nos unió por tantos años...? ¿Sabes qué te quiero verdad amigo? 

Luego se vieron a los ojos en silencio mientras bebían...

_Así es mi hermano, es lo mejor que nos ha pasado sin duda.
_Amigo, ¿verdad qué nuestra amistad no tendrá final?, mira a nuestro alrededor, esto que es mío, también es de ustedes y sus familias, ustedes son mis hermanos pues, como sabes bien, de los verdaderos no sé nada, no sé donde estén, si viven o estarán muertos. ¿No es esto maravilloso... Acaso esto no es vida...?

Juan escuchó atentamente a su amigo Armando, este lo veía fijamente y directo a los ojos, en silencio, un silencio que decía mil palabras, mil frases que quedarían en la memoria de Juan por el resto de sus días, Juan hacía lo posible para que ese momento no fuera irrumpido por las lágrimas, vio a los ojos de Armando y estos estaban aguados. 
En un parpadeo Armando cerró sus ojos, Juan pensó que luego de ello saldrían las lágrimas de amigos o de borrachos y así fue, de los ojos de Armando brotaron dos lágrimas, solo dos, una en cada ojo y fue entonces que de su mano cayó a la arena la botella y el cuerpo de Armando se fue contra el de su amigo, su hermano, este lo recibió y gritó.

_Armando, ¿qué te pasa?

El resto de los ahí presentes corrieron para ver que sucedió, ayudaron a Juan con el cuerpo enorme y fortachón de Armando.

_¿Qué pasó? Dijo Carlos.
_No sé, imagino que se desmayó.
_Lucho, llama al Dr.
_Uy señor, mejor llévenlo a la clínica; de aquí a que venga el Doctorcito, don Armandito se nos muere.
_Yo manejo. Dijo Mario.

Subieron a la Meches y los cinco se dirigieron con rumbo a la clínica.

_¡Un Dr., rápido un médico! Entró gritando Jorge.

Los enfermeros sacaron una camilla y lo entraron a la emergencia de la clínica, con ellos al lado de la camilla, los cuatro amigos, con una cara de angustia que no podían disimular.

_Estarás bien amigo. Dijo Carlos a Armando.
_Esperen en la sala por favor. Les indicó una enfermera. 

No tardó mucho en salir de la emergencia el médico en turno.

_¿Familiares del señor que llegó de emergencia?

_Somos nosotros. Dijo Carlos.
_Solo somos sus amigos. Dijo Jorge.
_Sí, estábamos de vacaciones acá en un chalet de él. Dijo Mario.
_Dejen hablar al Dr. Dijo Juan. 

Y eso hicieron; el médico les dijo.
_Lo siento mucho señores... El señor esta muerto.
_¡¿Qué?!
_Y ya lleva un buen rato muerto. Indicó el médico, luego les dijo. Acompáñenme a mi oficina por favor.

Los cuatro amigos siguieron al médico con lágrimas en sus ojos, lo que fue hasta hoy un día hermoso se había convertido en una horrible pesadilla.

_Por acá por favor, acomódense donde puedan. Les daré un consejo, no de médico, sino de amigo. Como saben tendré que dar el parte de la defunción del señor... 
_Armando...
_Armando, gracias, pero esto se les hará tardado y caro, me refiero a las investigaciones, la autopsia, los papeleos y el traslado del cadáver, ya conocen a los de las funerarias. Mi consejo es, que se lo lleven para la capital y que lo lleven a su casa, que llamen al doctor de cabecera y que él realice los papeleos para que eviten todo lo ya expuesto. 
_Gracias Dr. Dijo Carlos.
_Pero hay un problema. Dijo el galeno.
_¿Qué problema Dr.? Dijo Juan
_Que si los para la policía en el camino de regreso a la ciudad se meterán en un problema y muy grande. Ustedes deciden que procede. Carlos y Juan acordaron hacer lo recomendado por el Dr. 

Salieron con Armando de la clínica, lo sentaron en medio, entre Juan y Carlos en el sillón de atrás de la Meches, Mario condujo la camioneta que antes jamás la pudo conducir, a Mario se le hizo manejar esa belleza de máquina. Y se dirigieron con rumbo a la ciudad, varias horas en la camioneta con un cadáver entre ellos, pidiendo a Dios no encontrarse con ningún oficial de la ley. 
Carlos y Juan detenían el cadáver de su amigo, en las curvas Armando se balanceaba en el hombre de uno de ellos, durante el viaje nadie habló, el silencio y el motor de la Meches era lo único que se escuchaba en el interior del lujoso auto.

En la ciudad, en la casa de Armando, todos los esperaban angustiados, entre ellos, el doctor y amigo de la familia, ya con los documentos en regla y listos para una vez colocado Armando en su cama, llamar a la funeraria. 

Armado fue velado esa noche y al día siguiente enterrado, durante la vela sus amigos le hicieron honores al féretro y en el entierro cada uno dijo algo, entre cosas serias y otras cómicas. Así fue la despedida de Armando.

Meses después, los hijos de Armado conducían a un auto que fue lujoso y muy bien cuidado por años, este lucía maltrecho y rayado; la familia de Armando se desintegró, su fortuna se terminó en poco tiempo. 

Hoy día aun se reúnen los cuatro amigos y el lugar de Armando sigue ahí, vacío, pero está presente en espíritu, haciendo sus bromas, todos lo recuerdan con mucho cariño, parece que Armando vivirá mientras sus amigos estén con vida. 



 Inspirado en una historia real. Descanse en paz Armando (nombre ficticio). Los amigos de Armando aún están con vida.



miércoles, 27 de septiembre de 2017

Siempre podrás contar conmigo


Cuando la tarde cae y el sol muere sobre las quietas montañas, las aguas del mar resplandecen y reflejan los últimos latidos de luz de un moribundo sol.

Al morir, el cielo se viste de luto, con su negro vestido del más fúnebre color, hace que mi corazón tema por la luz que a oscuras me dejó, así me siento cuando te alejas de mí.

A pesar de que me dices que siempre podré contar contigo, eso no me reconforta, eso me entristece, saber que solo podré contar contigo como una amiga, es como saber que la luna saldrá y alumbrará a cualquiera que como yo, se sienta solo, sin un amor, que le prometa que la luz volverá, que solo es de esperar y aparecerá sobre las quietas montañas que han sido mausoleo, eso siento cuando te alejas de mí.

No quiero llorar, no quiero suspirar por ti, me repetirás; que puedo confiar en ti, puñalada que terminará con la agonía que hay en mi corazón.

Cuando me encuentro frente a un camino, largo y estrecho,  que me ofrece una libertad que no deseo para mí, porque me conducirá lejos de ti, tú me dices ve, no temas que yo ahí estaré junto a ti; esto me duele, saber que estarás a mi lado, pero en pensamiento nada más.

Comenzar a caminar en solitario, solo contigo en mis pensamientos y mis recuerdos, saber que te has quedado aquí sin mí, cada paso que me alejan de ti, son pasos al patíbulo que con su soga colgando espera por mí, no quiero llorar pero sé que lo haré, porque hoy estaré lejos y sin ti.
Me sigues gritando; siempre contarás conmigo, ahí estaré, no desfallezcas, sigue, avanza sin pero sin mí, que yo esperaré aquí por ti, cuenta conmigo, eso no se te olvide mi amigo.

Trágicas palabras que resuenan adentro de mí, saber que siempre podré contar contigo, pero como amiga, nunca estaré en ti, en tu corazón, que se niega latir por mí.

Ver de nuevo nacer el sol, renacer sobre su mausoleo, sin mortaja y reluciente, con nuevos brillos en su piel, llegan a mí esperanzas por ti, pienso que un día serás mía, mi corazón se ilusiona y se apresura en su latir, a mi rostro una sonrisa, que lo iluminan como la caricia de los rayos del sol sobre mí, seguiré y será por ti, no importa que más adelante el sol de nuevo muera y con él estas esperanzas que me llegan.

Pero de inmediato escucho de ti, recuerda que aquí estaré esperando por ti, puedes contar conmigo, no lo olvides, soy tu amiga.

Mi vida se viste de luto, y sobre mí, la oscuridad, y en ella, la tenue luz de un cuarto menguante, que me recuerda que solo estarás a mi lado en recuerdos.


Momentos que juntos construimos, que fui yo quien se ilusionó, y que tú seguirás repitiéndome; cuenta conmigo, aquí estaré para ti, puedes confiar que esperaré por ti, siempre podrás contar conmigo, con mi amistad.



Yo te amo


Tanto la amé, que me asusté,
presentía que eso no tardaría,
sentimiento como el amor
es imposible no sentirlo.
Y yo la amo.

Fue tanto lo que ya la amaba
que me asustaba,
nada así por nadie senti
que lo presentí,
sentimiento mejor es el amor.
Y yo la amo.

Poco a poco yo me perdí,
en una ilusión me sumergí,
esperaba que tú 
sintieras lo mismo por mí.
Y yo la amo.

A veces sin desearlo
repito que te amo,
si lo escuchas o no
eso no tiene razón,
solo lo tiene mi corazón.
Y yo la amo.

Olvidar ya es imposible,
dejar de amarte no es posible,
si lo sabes o no, eso no importó,
mi corazón lo sabe,
para él no hay nada mejor que el amor.
Y yo te amo.

Recuerdo que te vi,
mi corazón se inquietó
y mariposas anidaron en mí,
si lo sabes o no, eso no me importó,
lo sabe mi corazón 
y él jamás se equivocó.
Y yo te amo.

Y yo te amo.
Tanto te amé, que me asusté,
sentimiento como el amor
es imposible no sentirlo,
sentimiento como el amor
siempre será el mejor
y eso lo sabe bien mi corazón.

Y yo te amo.
Eso me asustaba y me inquietaba,
era imposible no sentirlo,
en una ilusión me sumergí
esperando sintieras lo mismo por mí.

Y yo te amo.
A veces sin sentirlo repito que te amo,
eso solo tiene sentido en mi corazón
y él jamás antes se equivocó.
Y yo te amo. 

SergioRaga 
29/7/17

Yo te amo. 

Tanto la amé, que me asusté,
presentía que eso no tardaría. 
Sentimiento como el amor es imposible no sentirlo. Y yo la amo.

Fue tanto lo que ya la amaba que me asustaba, nada así por nadie antes sentí que lo presentí, sentimiento mejor es el amor. Y yo la amo.

Poco a poco yo me perdí, en una ilusión me sumergí, esperaba que tú sintieras lo mismo por mí. Y yo la amo.

A veces sin desearlo repito que te amo, si lo escuchas o no eso no tiene razón, solo lo tiene mi corazón. Y yo la amo.

Olvidarte ya es imposible, dejarte de amar no es posible, si lo sabes o no, eso no importa, mi corazón lo sabe, para él no hay nada mejor que el amor. Y yo te amo.

Recuerdo que te vi, mi corazón se inquietó y mariposas anidaron en mí, si lo sabes o no, eso no me importa, lo sabe mi corazón y él jamás se equivoca. Y yo te amo.

Y yo te amo. Tanto te amé, que me asusté, sentimiento como el amor
es imposible no sentirlo, sentimiento como el amor siempre será el mejor y eso lo sabe bien mi corazón.
Y yo te amo. Eso me asusta y me inquieta, es imposible no sentirlo, en una ilusión me sumergí esperando sintieras lo mismo por mí.
Y yo te amo. A veces sin sentirlo repito que te amo, eso solo tiene sentido en mi corazón y él jamás antes se equivocó. Y yo te amo.

SergioRaga
28/7/23


martes, 26 de septiembre de 2017

AMANTE SERIAL 2


Viajaban en un vuelo internacional, un hombre con su esposa; de España hacia Colombia, regresaban de un viaje de placer, una especie de luna de miel, que su marido le regaló luego de una confusa y supuesta traición de él para con ella.
Durante el viaje, el hombre se sintió mal, un ataque de ansiedad, necesitaba hacer algo. pues ya antes de salir de España se había tomado su ansiolítico.

_No me siento bien...
_¿Qué te sucede mi amor?
_Creo que es una crisis de ansiedad...
_Trata de controlarlo, pues estamos a unos cuantos cientos de pies sobre el océano.
_Lo sé y eso no me ayuda en nada; disculpa, voy al baño o veré que hago para tratar que así se me pase. Con tu observación me has subido el nivel de ansiedad; gracias mujer. Dijo el hombre a su esposa muy molesto, quien quedó sentada con la pena a flor de piel. 

El tipo se dirigió hacia los baños, para así evitar que los pasajeros se dieran cuenta de su nerviosismo. Mientras avanzaba por el pasillo, iba cuasi topándose con los asientos de los demás pasajeros; el hombre sentía que nunca llegaba.

_Perdón... Qué pena... Disculpe usted...

Por fin llegó, y al acercarse, escuchó unos deliciosos gemidos, esto llamó su atención y lo sacó de su introspección y susto. Observó que un poco más adelante de los baños, por detrás de una cortina que separaba al resto de los pasajeros con la estación de las azafatas, justo de ahí salían los gemidos; con mucho cuidado se acercó al lugar de donde llegaba aquel delicioso y excitante sonido, era evidente que algo candente sucedía luego de aquella cortina, así que se acercó muy sigilosamente. Cuando estuvo a punto de tocar la cortina con su dedo para hacerla hacia un lado, con un movimiento justo para observar a quien producía tan excitantes, deliciosos y sugerentes sonidos sexuales. 

_¿Qué hace aquí señor?

Le llamó la atención una hermosa señorita, se trataba de una trigueña de ojos celestes, de cabellera lacia que le sobaba los hombros, en su parpado izquierdo un inquietante lunar de color café, muy pálido, pero que contrastaba de maravillas con su bello rostro.

_Perdón señorita, resulta que tengo un ataque de ansiedad y mientras me acercaba al baño, escuché un extraño sonido, uno que jamás antes escuché, y pensé; alguien necesita ayuda y aquí estoy.
_¿Y su ataque de ansiedad? Yo lo veo muy relajado, señor,  usted  lo que es, es un fisgón; regrese a su asiento por favor. Dijo la molesta azafata de nombre Doris, así lo indicaba su gafete de las aerolíneas SW555. El hombre, quien sabía perfectamente lo que sucedía en ese lugar, no se dio por vencido, pensó que quien lo reprendía era quien estaba con alguna de sus compañeras en tremenda faena sexual lésbica, pero mientras el incidente seguía su curso entre Doris y el hombre, se escuchó un gemido delicioso y largo, otro orgasmo, solo que este si que duró. Doris no tuvo más que contarle a quien llegó con ansiedad lo que sucedía.

_Por favor señor, sea discreto, es mi compañera quien se masturba para su novio.
_¿En serio? ¿Conoce la historia de Santo Tomas...?
_Está bien, pero de esto ni una sola palabra por favor, nos podría costar el puesto. Entre.
_No se preocupe señorita, soy una tumba.

Doris entró al curioso ansioso, lo colocó por detrás de la cortina para no llamar la atención de nadie, y este al ver a la bellísima mujer con las ropas a media asta, dándose placer para su novio a través del celular, ella no tuvo tiempo para percatarse de que estaba siendo observada por uno de los pasajeros; quien llegó con un ataque de ansiedad y que ahora estaba boquiabierto, al ver el escultural trasero de la azafata, de una de las nalgas, un enorme lunar de una particular forma, esto le daba cierta exótica belleza al trasero de la chica que por ahora estaba a punto de que le llegara otro orgasmo y con este no le quedó más que agacharse y taparse la boca para evitar ser escuchada por el resto de pasajeros, pero a pesar de ello no pudo evitar que se le escapara el delicioso sonido. Para ahora el ansioso, ya no lo estaba, pero si estaba con una tremenda erección, la cual se le notaba, Doris observó que el pasajero calzaba número grande, él notó que era observado por la bella trigueña, y cuando se vieron a los ojos cada quien, uno al otro, luego de un caliente instante, los dos sucumbieron, como aquellos muñecos de los años setenta, muñecos besadores, los cuales tenían en sus cabezas un imán que los atraía, a ellos les sucedió lo mismo, fueron atraídos por la pasión y se entregaron las lenguas, ella le cogió por la entrepierna, mientras que él la subía sobre uno de los muebles, ya con la falda hasta la cintura y entonces la otra salía ya vestida y como que nada, con el celular en su aún olorosa mano, olor a su sensual entrepierna; ella cuando vio a Doris se hizo a la cortina para evitar que su compañera, quien ahora disfrutaba de la magia del sexo clandestino no fuera sorprendida, le devolvía el favor, pero claro, se preguntaba quien era el extraño que le hacía el amor con frenesí a tan linda mujer. 

Ninguno de los tres se dio cuenta de que en el baño había alguien que observaba, quien había escuchado todo y que disimuladamente tenía la puerta del baño abierta para observar con detenimiento todo la actividad que sucedía en la cabina de las azafatas, se trataba de Fernando Escribano, el famoso escritor. Una vez Escribano con los detalles en la mente y luego de que por enfrente de la puerta del baño pasará satisfecho el pasajero ansioso, ahora feliz y muy relajado con rumbo hacia su asiento, lugar en donde lo esperaba su esposa muy preocupada.

_¿Cómo te sientes?
_Ya bien, tranquilo, gracias.
_Pero ¿qué sucedió?
_Nada, estas azafatas que se las saben de todas, todas, creo que han recibido un curso de psiquiatría pues, nomas me vio, supo que llevaba un severo ataque de ansiedad y mírame, me curó, me estabilizó, ahora me dormiré un rato.
_Está bien mi amor, bendita azafata. Dijo la esposa del suertudo y ansioso pasajero.

Mientras tanto, Escribano regresaba con rapidez a su lugar, pues, le faltaba un capítulo para terminar otro de sus famosos libros: "Amanta Serial". 
Se sentó, sacó su ordenador y escribió el último capítulo de su próximo Best Sellers de la saga: Amante Serial. 

_Disculpe, ¿no es usted el famoso escritor Fernando Escribano?
Preguntó alguien de los pasajeros. Y agregó.
_Podría firmar mi libro...

Dos meses después... 

_¡Doris! ¡Doris!
_Si mi amor, estoy en la recamara.

El esposo de Doris entró en el cuerto, donde se encontraba Doris depilandose su parte íntima.

_¿Qué sucede mi amor?
_Quiero qué me expliques que significa esto que escribió Escribano sobre ti...
_¿De que hablas? no comprendo...
_De lo que dice el capítulo número diez del libro Amante Serial, el capitulo titulado: Sexo en las alturas. Relato de dos azafatas.
_Maldito Escribano, es cierto, ahora lo recuerdo, él iba en ese vuelo. Desgraciado de Escribano. Pensó Doris. 

Luego ella se dio vuelta dejando a la vista de su esposo su vulva excitada y dispuesta a ser poseída.

_Pero luego me explicas esto...

Mientras Doris satisfacía a su esposo y pensaba en la excusa perfecta, en otro lugar de la cidudad.

_¡Oye Claudia! Jamás recibí tu video erótico que se supone me enviaste mientras volabas de Europa a Colombia...



Los libros de Fernando Escribano han tenido mucho éxito debido a que todas sus historias son basadas en experiencias personales. Así que tengan cuidado, porque en la próxima de la serie; podrías ser tú una de sus protagonistas.


viernes, 22 de septiembre de 2017

Hola


Hola. 
¿Cómo te explico?
que mi corazón es todo tuyo,
que nadie me despierta la pasión,
como lo haces tú.

Hola.
No debes de dudar
que mi amor es todo tuyo,
que mi corazón se alimenta de ti,
que mi piel es miel
si a tu lado estoy.

Hola.
Ven segura a mis brazos,
escucha lo que mi corazón te quiere contar,
palabras llenas de amor,
que jamás por nadie antes sentí,
todas son para ti.

Hola.
Quiero escuchar de ti
lo que siempre me gritas en silencio:
Te amo, te amo.Veo a tus ojos 
y ellos dicen más que mil palabras.

Hola.
No dudes que desde que te conocí
no dejo de pensar en ti,
no dejo de soñar contigo,
ven y di lo que quiero escuchar.

Hola.
No creí amar así,
es muy sencillo quererte,
te haces amar, 
sabes bien las cosas del amor,
yo aprendiendo estoy de ti.

Hola.
Debes de creer 
que lo que digo es verdad, 
no podría mentir a quien
empece a amar.

Hola.
Entrega lo que temes entregar,
bien recibido será 
y guardado en mi pecho 
al lado de mi corazón.
No puedo mentir,
pues si lo hago mi corazón 
dejará de latir
y de amor podría morir.

Hola.
Debes confiar que sí te amo,
es la verdad. 
¿Cómo te lo explico?
para alejar las dudas de ti,
no olvides que ningún otro ser
despierta esta pasión en mí,
eso solo lo haces tú,
siéntete bien, segura también.

Debes entender que te amo y bien.



Nuevo día para amarte


Esperando un nuevo día
para encontrarme con ella,
la llamaré y la despertaré
de su sueño conmigo, 
seguro amándola estoy.

No puedo esperar y desespero.
La extraño tanto y es que la amo,
la llamaré para contarle
lo que planeado tengo para hoy.

Solo palabras de amor,
solo caricias con amor,
solo besos profundos de amor,
solo amor y más amor.
Eso le espera hoy.

Larga noche la de anoche
sin lograr dormir para soñar
y amarla, 
contando los segundos 
que se me hicieron minutos,
noche larga y solitaria 
sin su presencia ni en mis sueños, 
desespero por su amor,
esperando un nuevo día estoy. 

No puedo esperar y desespero.
La extraño tanto y es que la amo,
la llamaré para contarle
lo que planeado tengo para hoy.

Solo abrazos de oso,
solo besos con sabor a miel,
solo caricias en la piel,
solo suspiros en mi pecho,
solo amor y más amor.
Eso le espera hoy.

Esperando un nuevo día
pues la noche fue larga y sola
sin sueños, soñando contigo,
solo insomnio y pensamientos
llenos del más grande amor
que me guardo para ti,
solo para ti.

Espero un nuevo día, 
que salga el sol,
que se duerma la luna
aunque esta sea de miel
para mi es de hiel, sin su piel
que las estrellas se apaguen
que se enciendan mis sentidos
para estar atento a tus caricias sobre mi piel.

No quiero más noches en solitario,
quiero que llegue un nuevo día 
para encontrarme con ella,
la llamaré y la despertaré
de su sueño conmigo, 
seguro amándola estoy.

Llamaré para contarle
mis planes para hoy:
Solo palabras de amor,
solo caricias con amor,
solo besos profundos de amor,
solo amor y más amor.
Eso le espera hoy.

Y si esto no la satisface,
le agregaré:
Solo abrazos de oso,
solo besos con sabor a miel,
solo caricias en la piel,
solo suspiros en mi pecho,
solo amor y más amor.
Eso le espera hoy.



El Pantalón


Cuando estas entrando a la adolescencia, edad difícil, con traumas y otras tantas presencias de tipo psicológico que son las que nos afectan, sin dejar de lado las hormonales, el deseo de ser aceptado, también es importante. Las modas también juegan un papel muy importantes, pues de ellas depende como te verán en el futuro, lo digo pues, porque cuando vemos una fotografía de aquella época, no podemos evitar burlarnos de nosotros mismos, además, es importante estar adentro de la moda, porque de ella depende que nos vean lindos o que simplemente pasemos desapercibidos, ignorados y lo peor, que seamos bullyinguiados. 
Esta historia se centra en una experiencia tal cual, y lo recuerdo hoy.

Era el mes de diciembre, la época más hermosa del año, bueno para mí lo fue, hoy día ya no tienen la misma emoción de aquellos dorados días, y no lo digo por el recibir regalos, no, lo digo porque era una temporada para aprovecharla al máximo, con los amigos y encontrar la anhelada pareja para esa época fría.

_ Mire doña Blanky, ¿por qué habrá tanta gente con es marchante? Dijo doña Leja.
_ Vamos y miremos. Respondió mi madre.

Se acercaron al local del marchante, uno que no había estado antes en ese lugar, al parecer llegó ese día previo a las fiestas a ofrecer su producto, por eso era el alboroto, pues tenía cosas muy buenas, entre ellas; ropa de moda, lo más reciente. Mi madre se abrió paso y a su lado su amiga y vecina doña Leja. Al estar enfrente observaron todas las maravillas que el vendedor tenía para ofrecer, las personas compraban desesperadas pues, no deseaban perderse nada de lo novedoso. Mi madre pensó, seguramente; con ese pantalón quedaré bien con mi hijo y entones empezó la negociación, para esto mi madre era una experta, una dura en el estira y encoge, entre vendedor y comprador, al final mi madre compró el pantalón, bajo la consigna de que si no me quedaba podría cambiarlo o le devolverían el dinero.
Una vez realizada la compra, siguieron con el mercado y luego ya de regreso a casa.

_ ¡Hijo...! ¡Sergio...! ¿dónde se metió este muchacho? ¿Alguien vio a Sergio? Dijo mi madre apresurada pues, el mercader solo estaría hasta cierta hora y una vez pasada esa hora, pues nada que hacer.
_ Creo que salió madre. Seguro lo encontrás encaramado en el Árbol de Don Mario. Dijo la encantadora de mi hermana, con una sonrisa maquiavélica en sus labios.
_ Pues me lo vas a buscar ahora mismo. Dijo mi madre, algo que le borró la sonrisa a la señorita. 

Salió de nuestro hogar y se dirigió en mi búsqueda, pero no tuvo que caminar mucho pues, ya regresaba, todo insolado.

_ ¡Oye atarantado, mi mamá te necesita! Me gritó.
_ Ya voy, no ves. Dije con la hueva a flor de piel.

Luego de unos interminables y arrastrados pasos, entré al oasis de mi hogar, pues, a pesar de ser una época fría, el sol era inclemente y eso era lo rico de la temporada, el sol que hervía en las alturas y por abajo, sobre la tierra, aquel tiritante frío.

_ Aquí esta madre, ya llegó el señorito. Dijo mi hermana.
_ Dile que venga al cuarto. Ordenó la jefa.
_ ¿Ya oíste vago? La jefa te espera en el cuarto.

Acudí con el mismo ritmo que me trajo de vuelta al sacrosanto hogar, por fin llegué y al entrar al cuarto, vi sobre la cama un pantalón extendido, al verlo sentí que a mi cuerpo lo recorrió una corriente eléctrica que acababa con mi joven existencia, mientras que mi madre, con una hermosa y satisfactoria sonrisa sobre su rostro, como quien te esta mostrando el regalo prometido y perfecto; para que me entiendan, un BMW último modelo; algo como eso. 
Pero para mí, lo que estaba enfrente no era más que una carcacha, una chatarra horrible. 

_ ¿Sí madre? Pregunté ingenuo y esperando no escuchar lo que ella dijo.
_ Tu estreno para navidad, ¿no está lindo? dijo quien me lo vendió que es el último grito de la moda, a mí me gustó tanto que no lo pensé dos veces y te lo compré. Probátelo, porque si no te queda lo vamos a cambiar. Pero date prisa porque se va a ir el señor.

Aquellas palabras fueron para mí, como escuchar de un juez: Lo condeno a condena perpetua a pan y agua. Para mi gusto, aquel pantalón era lo más ridículo que mis ojos habían visto, no era posible que esa cosa tan espantosa fuera el último grito de la moda, seguro fue un ardid del vendedor para engañara a mi madre, además, qué podría saber mi señora madre de la moda moderna. Así que trague saliva, por mi garganta pasó la más amarga hiel, la cicuta de Sócrates, el rostro se me encendió, sentí cuando la sangre corría apresurada para mi cabeza. Pero ni modo que desilusionar a mi madre quien aún tenía la felicidad en su rostro. Cogí el pantalón, lo puse al lado, me senté y me extraje el tradicional pantalón que llevaba puesto, uno que se lavaba y a colocármelo de nuevo. Mientras lo hacía, mi madre me veía con la ilusión de verme con él; yo por mi lado, rogaba a Dios que el condenado y ridículo pantalón me quedara grande o chico, corto, muy corto, algo que me evitar la vergüenza de estrenar para el 24 esa porquería. Metí la primera manga y entró muy bien, luego la otra y también, procedí a subirlo y este se deslizó como mermelada o mantequilla sobre pan, mi hermana veía y lo hacía con envidia aunque lo disimulaba a la perfección; el largo era perfecto, no había que hacerle ruedo ni nada, me subí el zippers y este, perfecto, luego lo abotoné y tal parecía que aquella prenda fue diseñada para mí.

_ ¡Te quedó perfecto!¿No se ve precioso? Dijo una madre orgullosa, algo a lo que mi hermana no respondió.

Mi madre se acercó a mí para terminar de tallarlo, además estaba pensando en vos alta con que camisa se me vería perfecto, mi corazón latía a más de mil revoluciones, en mi mente me visualizaba siendo el completo ridículo y la burla de todos en el vecindario, la ilusión de que aquella navidad fuera inolvidable (y sí que lo fue) estaba pasando a ser la peor de mi existencia (y sí que lo fue). Mientras, mi hermana sudaba la envidia, pero yo no lo veía pues, ella sabía disimularlo muy bien. 
Entonces sucedió lo inesperado para mi madre, hermana y para mí.

_ ¡¡Ni loco usaré esta porquería, no haré el ridículo, es un pantalón de payaso!! 

Mi madre al escucharme quedó en shock y a mi hermana se le iluminaron los ojos, eso si lo vi, luego sin que mi madre se diera cuenta, ella se reía, yo tenía razón, el bullying había dado inicio. Ni loco, ni por nada del mundo me pondría aquella horrenda prenda, esa prenda era un insulto a mi masculinidad. 
Recuerdo como mi madre se fue poniendo colorada, ahora a ella se le llenaba la cabeza de sangre, una muy colorada y esa no era buena señal, pues así de colorada, también era de caliente, mi hermana no desaprovecharía la oportunidad que se le estaba presentando, una que no volvería a suceder jamás, era su mejor regalo de navidad, era el diciembre perfecto, la navidad perfecta.

_ Mira hijo %$#" (iba a escribir: Hijo de cien mil putas. Pero no lo haré por respeto).Te lo pones, porque te lo pones, mis ahorros me han costado y además esta de moda.
_ ¡¡NO!! Primero muerto que ponerme esta porquería.
_¡¡Síiiii! Grito mi hermana. _Pide la muerte, dásela madre.

Mi respuesta desató mi tercera guerra mundial, mi madre era muy buena y linda, pero cuando le picaban la cresta, era como agitar el capote colorado al toro y tomó lo primero que mi hermana le acercó y me azotó con él, no sé si por la desilusión o por la cólera de mi abusiva respuesta o una combinación de las anteriores, claro, además del coro de mi hermana: _¡Dale, dale! Como si yo fuere una piñata. 
Bueno, al final de aquella desigual guerra, quedé postrado sobre mi cama, muy vergueado, mi madre esta vez se le pasó la mano, que hasta me dejo marcada la espalda, como si yo fuere un esclavo que se envalentonó y se le enfrentó al amo, recuerdo que hasta fiebre me dio; mi hermana si que lo disfrutó, pero mi madre una vez pasado el bombardeo se sintió muy mal y me consolaba, en ese instante de cólera mutua, no nos dimos cuenta de que mi hermana le dio a mi madre un cincho o unos tirantes que tenían partes metálicas entre sus elásticos, eso si que me hizo mucho daño; condenada de mi hermana, quien también se sintió una porquería después, pues su preocupación era evidente; al final de cuentas, éramos y somos hermanos.

Hasta el día de hoy, no puedo olvidar y perdonar la cólera de mi madre, ese día se excedió.

_ Bueno, si no te gusta, está bien. Dijo una comprensiva y desilusionada madre.
_ Me lo pondré, aunque sea el hazme reír de mis amigos. Dije.
_ No, de ninguna manera, se lo regalaré a tu primo Randall(+) y esta navidad no habrá regalos para ti. 

Se levantó de mi lado con el bendito pantalón entre sus brazos y salió de la casa con rumbo hacia la de mi tío Wenches(+) para entregarle su regalo de navidad a mi primo. Yo, me sentí bien, por lo menos no sería la burla de mis amigos esa navidad, además tenía mi pantalón, solo era de lavarlo un día antes y con él era más que suficiente. Mi hermana me acarició la cabeza, como un arrepentimiento, al ver lo que había provocado y salió del cuarto; luego me dormí.

A la semana siguiente; un día miércoles, era 24 de diciembre y todos eran vueltas y más vueltas adentro de las casas, como afuera de ellas, los cohetes se empezaban a escuchar a eso de las tres de la tarde, algunos ya con sus estrenos, yo tenía sobre mi cama el pantalón de siempre, lavado y planchado para esa noche por mi cuenta, mientras me cambiaba para la noche, mi primera noche que ya no sería un niño, era un culicagado adolescente con nuevas expectativas apara aquella navidad. Me rasuré los únicos tres pelos que tenía de barba, acaricié la pelusa que tenía de bigote, peine mil veces mi cabellera intentando quedar igual al póster del ídolo del momento, era la primera navidad que no estrenaría nada, solo según yo, mi hombría, esa noche conquistaría a una como mínimo, algo que no pudo haber pasado si me hubiera puesto el ridículo pantalón de rayas verticales, de colores pastel, bien combinados, para mí ese pantalón era como si lo hubieran hecho de la tela de un colchón viejo (¿recuerdan esos colchones de rayas?, así era el pantalón). 

Mis hermanos mayores, ya se encontraban bien catrines para las fiestas, una vez terminada la cena de media noche. 

La noche avanzaba y yo me encontraba con uno de mis hermanos mayores, quemando cohetes en el jardín, de pronto apareció mi primo Rollmy, hermano de Randall, junto a él, otros amigos, estos llegaron con la novedad de que el niño rico de la cuadra andaba con un estreno que lo traía rodeado de las chicas del vecindario, este venía como si fuere actor de cine, un Redford o un Travolta o un Brad Pitt, entonces apareció en escena el Fer, mi hermano al verlo dijo.


_ A cabrón, ese pantalón era el que me quería estrenar, pero no encontré y los únicos que habían estaban en las boutiques más caras del país, que envidia. 

Eso dijo mi hermano y si él decía eso, era porque era una realidad, yo quedé todo mula luego de escuchar a mi hermano.

_¿Verdad que esta calidad?, Randall tiene uno igual, mi tía se lo regaló. Fue una lástima que a él le quedó, pues a mí no me entró. 

Mi hermano se sorprendió y se entró molesto o intrigado.

_ Madre, ¿por qué no me compraste un pantalón de rayas como el que le compraste a Randall? son el último grito de la moda esta navidad.

Esa fue la peor navidad, sin estreno, bien vergueado, sin chica a mi lado, pues ellas estaban con quien estaba a la moda y esta moda, este grito de la última moda, solo lo cargaban: Randall y Fer.



Tomado del libro: "Historias de un Adolescente Tímido 3" Por: Sergio Raga


SergioRaga 22.09.17



jueves, 21 de septiembre de 2017

Nada importa


Nada importa 
si el mundo termina hoy.
Nada importa 
si me despiden hoy.
Nada importa 
si se detiene mi corazón.
Nada importa
si se me desgarra la piel.
Nada importa
si la gente cambia.
Nada importa 
si ya no sale el sol.
Nada importa 
si no para de llover.
Nada importa
si las flores ya no dan miel.
Nada importa
si terminan los bosques 
y con ellos el oxigeno.
Nada importa
si mi sombra desaparece.

Nada importa
si ya no tengo tu amor,
todo para mí terminó, 
sin ti, nada puede importarme,
para mí la vida llegó a su final,
las profecías eran verdad,
sin tu amor 
el mundo llegó a su trágico final.

Nada importa
si los océanos se evaporan.
Nada importa 
si el cielos se cae.
Nada importa 
si mi corazón se detiene.
Nada importa
si la primavera no regresa.
Nada importa 
si todo desaparece.

Nada importa 
si el aroma de tu piel ya no lo respiro,
si lo terso de tu piel ya no la acaricio,
si tus labios a los míos ya no los besan,
si tu risa no la escucho nunca más,
si tus ojos se niegan a verme.

Todo para mí terminó, 
sin ti nada puede importarme,
para mí la vida llegó a su final,
las profecías eran verdad,
sin tu amor 
el mundo llegó a su trágico final.

Nada puede importar 
si a mi lado tú ya no estarás,
si tu amor ya no me lo das,
si tus caricias ya no son mías,
si tus brazos ya no me abrazan,
si tu calor no aleja de mi el frío de tu adiós.

Todo llegó a su trágico final
hoy puedo morir, 
sin ti nada me hará ser feliz,
nada me hará de nuevo vivir.

Nada importa, 
todo terminó, todo llegó a su final,
tu amor no me pertenece, 
tus caricias ya no son mías,
tus labios a mis labios ya no los besarán.

Las profecías tienen hoy sentido para mí,
las profecías se hacen realidad ante mí,
mi mundo se derrumba 
y es porque te has alejado de mi lado
y contigo mi amor se ha marchado.

Nada importa 
si el aroma de tu piel ya no lo respiro,
si lo terso de tu piel ya no la acaricio,
si tus labios a los míos ya no los besan,
si tu risa no la escucho nunca más,
si tus ojos se niegan a verme.

Todo para mí terminó, 
sin ti nada puede importarme,
para mí la vida llegó a su final,
las profecías eran verdad,
sin tu amor el mundo llegó a su trágico final.




Que triste se te ve


¿Qué triste se te ve
o es solo mi imaginación?
Que triste se te ve
lejana estás hoy de mí.

Es por falta de amor,
es por falta de ti 
o por falta de mí.

Una rara sensación 
recorre toda mi piel
al recordar cada atardecer a tu lado,
tu mirada que me dio tanta quietud
y tu sonrisa que me llenó de fulgor.
Largas y eternas tardes 
solo observando a mi amor.

Eso era un eterno amor 
que nunca debió morir.

Pero hoy qué triste se te ve
no quieres sonreír, 
será solo mi imaginación
o todo se terminó, 
lejana hoy de mi estás.

Fue por falta de amor, 
de un instante, por falta de mí
o por falta de ti.

Que triste se te ve.
Una extraña sensación recorre mi piel,
¿será que hoy todo se acabó,
qué pasó con aquel eterno amor 
que nunca debió morir
o es solo mi imaginación?

La sonrisa en tus labios ya no está
y en tu mirada solo veo esa tristeza
que me llena de horror.

Solo imaginar que perdí tu amor
y esa tristeza que hoy te acompaña
o será solo mi imaginación,
eterno amor que no debió nunca morir
hoy lo veo partir, 
por eso triste se te ve
no quieres hacerme sufrir.

No quiero escucharte decir adiós,
que todo terminó.
Estoy ante mi soledad, 
una larga tarde que me viene a recibir,
que triste hoy será mi vida sin tu amor. 


¿Qué triste se te ve
o es solo mi imaginación?
Que triste se te ve,
lejana estás hoy de mí.

Es por falta de amor,
es por falta de ti o por falta de mí
lo que terminó con este eterno amor.

De aquel fulgor, 
hoy solo queda el horror.

Eternas tardes me vienen a recibir
y me acompañarán 
para recordar lo que fue nuestro amor.

Que silencio hay en ti, 
la sonrisa se cambió por una rara expresión
que me duele en el corazón,
recordar aquellas eternas tardes solo observando
tu linda mirada que me dio tanta quietud
y tu sonrisa que me lleno al corazón de fulgor.

Largas y eternas tardes 
solo observando a mi amor alejarse de mí.

Que triste se me ve,
mis ojos ya no tienen aquel fulgor
y mi sonrisa ya no transmitirá aquella quietud.

Que triste y solo estoy hoy sin tu amor.





Mágica luz de Luna


Ver oscurecer, 
la magia en el cielo aparecer
y sentirte llegar, 
eso siente mi corazón 
que lo hace latir a mil.
Eso es lo que me haces sentir
al caer la oscuridad sobre mí.

Ver el día morir 
dar su lugar a la oscuridad total 
y dejarla llegar,
es magia del cielo
sentirte llegar 
y hacer a mi corazón latir a mil.

Luz de luna sobre mí
a mi corazón hace latir a mil.
Luz de luna sobre mí
me viste de un color especial
y a mi piel la hace vibrar.
Luz de  luna sobre mí
embrujo que me hace estar aquí.
Luz de luna sobre mí
eclipsa mi piel, sexy me siento
y grito en silencio: Te quiero amar.
Luz de luna sobre mí
verte sonreír, me hace feliz 
y hasta por ti podría morir.

La mágica luz de luna
me trasforma en otro ser, 
uno particular, me hace un ser especial.
Luz de luna sobre mí
a mis ojos los hace brillar.
Luz de luna sobre mí
hierve la sangre adentro de mí.
Luz de luna sobre mí
pernoctar hasta amanecer para poder amar.
Luz de luna sobre mí
el placer me invade 
y en animal en celo me convierte.
Luz de luna sobre mí
sediento de tu olor y sabor 
me quiero embriagar de ti,
mi corazón no deja de latir,
mi piel no deja de vibrar
y la sangre hierve adentro de mí.

Luz de luna en el cielo, 
mágica luz de plata que me hace sucumbir
y que me transforma 
y a mi corazón lo hace latir a mil,
a mi piel la hace vibrar 
y a mi sangre hervir adentro de mí.

Luz de plata 
te necesito para pernoctar 
y hasta el amanecer poder amar,
en otro ser me has de convertir,
animal en celo, para devorar tu piel 
con sabor y olor a mujer 
que cada noche espera por mí

Ver oscurecer
la magia en el cielo aparecer
y sentirte llegar, 
eso siente mi corazón 
que lo hace latir a mil.

Eso es lo que me haces sentir
al caer la oscuridad sobre mí,
embrujo que llega con la negrura 
y el plata que me cubre. 
En otro ser me transforma 
para pernoctar y poder amar.




martes, 19 de septiembre de 2017

A donde yo vaya


Por donde yo voy, 
apareces tú.

No puedo apartar de mí,
tantas cosas vividas, 
tantas cosas compartidas,
tantos recuerdos 
que hoy me acompañan 
a donde yo voy.

Te llevo en mi corazón, 
te llevo en mi mente
y en cada recuerdo apareces tú,
por donde voy, te encuentro.

Eres un fantasma que me acecha.
Eres una imagen que dibujo.
Eres la mujer que tanto amé.
Por donde voy, apareces tú.

Día tras día, 
es más difícil ya
intentar olvidarme de ti.

Me acechas 
y te metes en mi mente,
apareces en mis sueños 
y te apoderas de mis recuerdos.
Eres dueña de mis pensamientos.

Si duermo, apareces tú.
Si trasnocho a mí lado tú.
Si salgo con alguien a bailar, ahí estás tú.
Si veo la luna, ahí me sonríes tú.
Si veo un comenta, ahí me saludas tú.
Por donde yo voy, apareces tú.

La cordura me abandonó 
y la locura me encontró.

Eso creo, 
pues donde voy, apareces tú,
jamás antes te vi tan linda 
y me sonríes.

Qué es lo que quieres de mí, 
si mi amor ya lo tienes.

Si duermo apareces tú, 
en mis sueños todo es diferente
jamás te fuiste, 
me amas con tanta pasión, 
nunca antes fue así,
si despierto a mi lado te encuentras, 
pero solo eres imagen
que vive en mi mente.
A donde voy apareces tú.

Aunque coloque un océano 
entre tú y yo, ahí estás tu.
Aunque me eleve hasta el cielo 
en una nube estás tú.
Aunque cierre mis ojos 
bajo mis parpados estás tú
Aunque lo quiera evitar 
en cada palpitar estás tú.
Aunque yo no lo quiera apareces tú
A donde yo voy ahí estás tú.

La cordura me abandonó 
y la locura me encontró.
A donde yo voy, apareces tú.
Mi corazón te desterró, 
mi mente no. 

En cada lágrima que derramé 
me recordó tu adiós.
En cada lágrima que me enjugué 
me acariciabas tú.

En cada suspiro 
que de mi pecho se me escapó, estabas tú.

La locura de mi se apoderó, 
la cordura me abandonó,
seguro se fue contigo. (Contigo se fue).

A donde yo voy, ahí estás tú.
A donde yo voy, apareces tú.
A donde yo voy, mis recuerdos te traen a mí. 

SergioRaga 
19/9/17


A donde yo vaya
Por donde yo voy apareces tú no te puedo apartar de mí, tantas cosas vividas, tantas cosas compartidas, tantos recuerdos que hoy me acompañan a donde yo voy.

Te llevo en mi corazón, te llevo en mi mente
y en cada recuerdo apareces tú, por donde voy te encuentro.

Eres un fantasma que me acecha.
Eres una imagen que dibujo.
Eres la mujer que tanto amé.
Por donde voy, apareces tú.

Día tras día es más difícil ya intentar olvidarme de ti.

Me acechas y te metes en mi mente, apareces en mis sueños y te apoderas de mis recuerdos.

Eres dueña de mis pensamientos.
Si duermo, apareces tú.
Si trasnocho a mí lado tú.
Si salgo con alguien a bailar, ahí estás tú.
Si veo la luna, ahí me sonríes tú.
Si veo un comenta, ahí me saludas tú.
Por donde yo voy apareces tú.

La cordura me abandonó y la locura me encontró.

Eso creo, pues donde voy apareces tú, jamás antes te vi tan linda y me sonríes.

Qué es lo que quieres de mí, si mi amor ya lo tienes.

Si duermo apareces tú en mis sueños, todo es diferente, jamás te fuiste, me amas con tanta pasión, nunca antes fue así, si despierto a mi lado te encuentras, pero solo eres imagen que vive en mi mente.

A donde voy apareces tú. Aunque coloque un océano entre tú y yo, ahí estás tu.
Aunque me eleve hasta el cielo en una nube estás tú.
Aunque cierre mis ojos bajo mis parpados estás tú. 
Aunque lo quiera evitar en cada palpitar estás tú.
Aunque yo no lo quiera apareces tú. 
A donde yo voy ahí estás tú.

La cordura me abandonó y la locura me encontró. A donde yo voy apareces tú.

Mi corazón te desterró, mi mente no. 
En cada lágrima que derramé me recordó tu adiós.
En cada lágrima que me enjugué me acariciabas tú.
En cada suspiro que de mi pecho se me escapó, estabas tú.

La locura de mi se apoderó, la cordura me abandonó, seguro se fue contigo. (Contigo se fue).

A donde yo voy, ahí estás tú.
A donde yo voy, apareces tú.
A donde yo voy, mis recuerdos te traen a mí.

SergioRaga
25/3/24 





Spaceman


Él, es especial, es un chico espacial, un día a mi vida llegó conduciendo su extraña nave, un platillo volador, de él bajo, yo petrificada quedé, seguro se encaminó hasta donde estaba yo paralizada, se me acercó demasiado hasta estar seguro de que estaba seguro, de su atuendo extrajo su mano, su guante se quitó, luego me acarició, yo sentí una rara sensación, una relajación y una gran emoción, mi cuerpo completo recorrió con tremenda curiosidad, en ningún lugar se detuvo, yo deseaba que no terminara aquel recorrido, luego de su atuendo extrajo su otro brazo y también se quitó el guante de la mano, me acarició el rostro, lo hizo con mucha ternura, me sobo las mejías, me acarició los párpados, dibujo algo sobre mi rostro y entonces ocurrió la magia, su careta se extrajo; al hacerlo yo seguía paralizada o petrificada, sin lograr mover un solo músculo, por más que deseaba salir huyendo no comprendía el por qué seguía paralizada, sería por qué era bello, eso lo supe cuando su careta se extrajo y vi su rostro, yo esperaba ver un alien de color verde pálido, un par de antenas sobre su enorme cabeza y en su pecho un rojo palpitar, pero no, en su lugar, un lindo rostro, con unos ojos azules de un profundo mirar, sobre su linda cara se dibujo una sonrisa que me llevó la paz y por fin moví mis brazos, sin pensarlo, mucho menos desearlo se dirigieron hasta su rostro y con cuidado también lo escanee, él me permitió hacerlo y yo lo disfruté, luego se acercó y mis labios los besó, esto de nuevo me paralizó y a mi corazón casi lo detuvo, no fue como la primera vez, esta vez fue de amor hacia él. Ese beso fue como de otro mundo, sentí que levité y la verdad creo que así fue, me dijo. _¿Eres una dama? Yo dije. _Creo que sí. Yo pregunté. ¿Y tú, eres un Spaceman?, él se sonrió ante lo evidente, pero para mí pudo ser solo otro que de la Nasa llegó, pero eso no fue así. 

Él me dice. ¿Tienes algo o alguien que te detenga en este lugar? Yo le dije que no, pero bueno, creo que sí, pero no me importó y tampoco me preocupó, entonces él me invitó, señaló su extraño vehículo y luego señaló la inmensidad del cielo, después me tomó de la mano y me llevó hasta su nave y en ella con cuidado me depositó, yo no dejaba de soñar, una vez acomodada en el lugar del copiloto, escuché una linda voz, esta hablo y él le respondió, la verdad no entendí nada, eso no interesó, luego él me ve y me da otro beso, mientras lo hizo, seguro arrancó su nave y en un santiamén me encontraba entre los anillos de Saturno. Me dijo. ¿Sabes lo qué esto significa? Yo que no sabía nada le digo que no, entonces él me contó; que en su planeta él era un chico listo para comprometerse y que de él (el planeta) salió en busca de una mujer, pues las de su planeta no eran nada para él, que deseaba a una mujer que fuera de otro lugar y que hace mil años salió en busca del amor, que recorrió mil galaxias, hasta que un lunar de color azul atrajo su atención y que por él se desvió otro millón de años luz, que lo orbitó por un par de segundos y entonces fue que me observó viendo la luna; se dijo, que linda criatura y decidió descender sin saber si el lugar era un peligro para él, mientras descendía su corazón latía fuerte y sentía se le salía por cada poro, me dice, si creo en el amor a primera vista y yo le digo que sí, pues también ahora lo estoy. 

En todo el planeta nadie me movió el tapete, como lo hizo él con solo acariciar mi piel, se detuvo solo un instante sobre Saturno, de su nave salió y mientras yo lo veía sobre aquel planeta hincarse frente a mí para pedirme que fuera su mujer; mientras que en la tierra, las noticias divulgaban un raro suceso astronómico la falta de uno de los anillos del enorme planeta, ese anillo ahora esta en mi mano, ahí lo tengo yo, y nos dirigimos hacia su hogar. El viaje fue corto para tremenda distancia, otros millones de años luz, ¡vaya que si me mude! 
Al llegar a su planeta, allí hubo una tremenda bienvenida, resulta que él era el heredero de lindo lugar, como quien dice; era el príncipe y llegó con una mortal terrenal, al llegar, él me presentó y el padre le preguntó de que lugar era yo y él dijo, es de un lunar lejano en la galaxia, un lunar de color azul, el rey al escucharlo se alarmó y preguntó. ¿No digas que  el planeta se llama: Tierra? Y cuando esto dijo, todos corrieron a esconderse. 
Vaya fama la que nos tenemos, pero eso no le importó a él, me tomó entre sus brazos y ante ellos apasionado me besó, el rey salió por detrás de su trono y dijo. ¿No eres peligrosa, como el resto de los tuyos? Yo dije. ¡No! yo soy diferente, creánme, que no miento.  Su majestad me creyó, pues tienen un sexto sentido o seguro sin darme cuenta me scaneó y me averiguó, dijo entonces al resto de los habitantes. ¡Esta descontaminada de esa maldad que acaba con su lindo planeta! Todos salieron de sus escondites y ahora ya se prepara la boda. 
Yo me asomó y veo hacía la inmensidad del universo y sé que en algún lejano lugar esta mi hogar, ese lunar de color azul que ahora seguro estará en guerra, y muriendo para los que lo habitan, no dejo de sentir tristeza por los de mi especie, pero ahora estoy enamorada y esperanzada de que un día, seré la reina de este lindo lugar muy parecido a la tierra, solo que con dos lunas y un enorme sol, aquí todo es diferente, no hay fronteras ni discriminación, aquí todos son como hermanos como una enorme familia, la verdad que la población no supera unos pocos millones el lugar es enorme. 
_¿Qué haces mi amada? Me dijo el Spaceman, mi amor.
_Nada, solo veo la inmensidad del universo y lo bello de este lugar, así debió haber sido un día mi planeta.
_La verdad que sí, aquí están las especies en extinción, nosotros las trajimos y las reproducimos, esas especies ayudaron a que nuestro mundo fuere lo que hoy es, un lindo lugar para vivir, sabes nosotros llegamos acá de otro lugar, nuestro mundo se extinguió, por culpa de nuestros antepasados, aprendimos la lección, ahora estamos tratando de no cometer el mismo error, por eso se alarmaron al escuchar de que tú eres una terrícola, temen de que un día nos encuentren y con sus armas de destrucción nos quieran conquistar, volvernos sus esclavos y apoderarse de nuestro hogar.

Ella se sumergió entre sus brazos y le dijo gracias, pero su mirada seguía perdida en el espacio y en su pensar hay algo no tan especial...

Para el amor no hay lugar, este puede llegar de cualquier lugar, puede llegar de otra galaxia, puede llegar del espacio, pero si hay algo real es que, los que habitan el planeta del Spaceman, tuvieron razón de sentir miedo por ella, pues algo podría pasar cuando ella herede el trono, pues al final de cuentas ella no ha dejado de ser una terrícola más y en su ADN, ella lleva algo de lo que termina hoy día con nuestro mundo. Pero esta es y será otra historia. 
Lo verdaderamente rescatable de esta, es que el amor no tiene fronteras, ni razas, ni credos, mucho menos si se trata de seres de diferentes mundos. 







miércoles, 13 de septiembre de 2017

Pensándote a ti


Pensando en ti, 
en este lugar, 
que fue nuestro nido de amor, 
mis pensamientos, 
me transportan hasta ti 
y las paredes me hablan de ti, 
tu sombra veo reflejada en ella, 
y mi amor 
la pinta de colores y apareces tú.

Pensando en ti, 
mis recuerdos me hacen desear 
que estuvieras aquí, 
hacer el amor hasta morir, 
verte sufrir de placer, 
gritar ya no puedo más, 
las sombras 
reflejan la pasión sobre la pared, 
mi amor la pinta de colores 
y apareces tú.

¿Cómo hacer para olvidarte? 
¿Cómo hacer para dejarte ir? 
¿Cómo hacer para borrar este casete? 
Borrar tu imagen sobre la pared.

Pensando estoy 
y apareces tú reflejada 
sobre la pared y en el cielo raso también, 
como te extraño, 
deseo estés hoy aquí, 
recuerdos invaden mi mente 
y agobian mi corazón, 
ha pasado el tiempo 
y yo sigo pensando solo en ti, 
tú sigues aquí 
muy adentro de mí.

Recuerdos invaden mi ser, 
vives en mi mente y en mi corazón, 
parece que nunca te fuiste 
en mí te quedaste, 
te pinto de colores 
la sombra sobre la pared, 
bella silueta 
haciendo el amor, 
como deseo estuvieras hoy aquí.

¿Cómo hacer para olvidarte? 
¿Cómo hacer para dejarte ir? 
¿Cómo hacer para borrar este casete?
Borrar tu imagen sobre la pared.

Desearía estuvieras aquí, junto a mí. 
Desearía estuvieras aquí, amándome. 
Desearía estuvieras aquí, amándote.
Desearía estuvieras aquí, acariciando.
Desearía estuvieras aquí, besando.
Desearía nunca te hueras ido de mi lado.

Pensando 
entre estas paredes que fueron un día 
nuestro nido de amor, 
pensamientos me invaden 
y mis recuerdos 
dibujan tu sombra sobre la pared, 
mi amor la pinta de colores 
y apareces tú.

¿Cómo hacer para olvidarte? 
¿Cómo hacer para dejarte ir? 
¿Cómo hacer para borrar este casete?
Borrar tu imagen sobre la pared.

Vuelo con mis recuerdos, 
me alejo de este lugar 
que aun tiene tu olor, 
voy hasta donde estás, 
te veo sola y pensativa 
y en tu pared, aparezco yo, 
y tu amor me pinta de colores

¿Cómo hacer para olvidarte? 
¿Cómo hacer para dejarte ir? 
¿Cómo hacer para borrar este casete? 
Borrar tu imagen sobre la pared. 

Eso te repites tú también.

Se me ocurre,
que vuelvas a mí 
que dejes de ser 
esta silueta en mi pared 
que se pinta de colores 
cuando la veo con este amor.

Desearía estuvieras aquí, junto a mí.
Desearía estuvieras aquí, amándome. 
Desearía estuvieras aquí, amándote. 
Desearía estuvieras aquí, acariciando. 
Desearía estuvieras aquí. besando. 
Desearía nunca te hueras ido de mi lado.

¿Cómo hacer para olvidarte? 
¿Cómo hacer para dejarte ir? 
¿Cómo hacer para borrar este casete? 
Borrar tu imagen sobre la pared. 



martes, 12 de septiembre de 2017

De la ciudad al campo


Dejo atrás a la ciudad 
y me dirijo en busca 
de un mejor lugar para vivir,
no podría imaginar
que se podría 
vivir bien y sin dinero.

Las personas del campo 
viven con lo mínimo,
el sustento diario 
son frijoles con queso y café,
y un trozo de pan y felices están.

La ciudad es enorme 
y así sus gastos, todo allí es vano 
y su gente también,
las mujeres son fáciles y muy caras.

Cuando del autobús descendí lo presentí, 
los que estaban ahí, sentados en el parque
con recelo me vieron,
pero luego me sonrieron,
bienvenido me sentí.

mientras caminé en busca de un hotel,
ni uno encontré, solo habían casas 
con recamarás disponibles 
y en una descansé.

A mi puerta alguien llamó,
grité: ¿Quién? 
como se hace en la ciudad
y nadie respondió, solo entró
con charola en manos y sonrisa en labios.

Me dijo: 
¿Quiere un aperitivo, debe traer hambre?

Era una linda niña, como de dieciséis
le dije: Gracias, déjala ahí.

Ella obedeció y de nuevo me sonrió,
luego preguntó:
¿Cómo se siente en el pueblo?
y agregó: ¿Usted es de la ciudad?,
yo le dije que sí, 
a ella se le iluminaron los ojos.

Entonces supe 
que los chicos de la ciudad 
llegan con pegue.

Le dije: ¿Cómo es tu nombre? 
Ella me dijo con sus mejías rosadas
pero al natural, me llamo: María.

Y le pregunto: 
¿Quieres acompañarme un rato?

Ella dijo que sí, 
y a mi lado se sentó, luego preguntó: 
¿Cómo es la vida en la gran ciudad, 
debe ser lindo vivir allá?

Yo soy quien ahora sonríe 
y le digo: ¡No!

Aquello es una enorme selva de concreto 
y con animales mucho más salvajes y peligrosos.

Ella se asombra y me dice: 
Pero, ¿cómo es posible?
si ahí esta la cultura y la educación.

Pero también la basura
le respondí y no me arrepentí.

A la mañana siguiente 
María me despertó
y aun estaba oscuro. 

Buenos días, sonriendo me dijo.

Yo bostecé y me preocupé y pregunté:
¿Qué sucede, 
por qué me hablas si aún es de noche?

Ella me dice: 
¿No escuchaste cantar al gallo?
Yo dije que no.

Si quieres tener algo de dinero 
debes levantarte temprano
y salir al campo a sembrar para cosechar,
mientras yo haré el pan para desayunar.
Aquello me asombró, pero me gustó.

La vida en la ciudad es muy veloz,
tentadora y encantadora pero abrumadora,
puede terminar contigo antes del canto del gallo.

Yo aquí ahora soy feliz, 
tengo solo lo necesario, pero soy millonario
en calor y amor, 
tengo a una linda y joven mujer
que jamás me traicionará, 
así es mi linda María.

Me levanto al amanecer 
y luego me despide con un beso.

Mientras trabajo en el campo 
ella hace el pan y prepara el café.

Mientras que en la gran ciudad 
todos mueren por un celular




La Conora


Bajando la Conora, la carretera serpentea y se ve peligrosa, lo sé, debo colocar toda mi atención, la vista se me nubla, nada me importa; ahora lo sé, tormentas nacen en mis ojos, ojo del huracán; ahora lo comprendo bien, no debí partir así, dejarte sin mí, triste estarás. 

Paro el auto por unos minutos, secó mis ojos, ahora logro ver mejor, casi derrapo y caigo al vacío, pero nada me importa; ahora lo sé muy bien, no debí partir y dejarte así. 

Veo por el retrovisor y sobre él, tus ojos azules; arranco el motor y me introduzco a la cinta asfáltica y sigo mi viaje; la carretera es una fiel serpiente, con su veneno me espera. 

Poco avanzo y de nuevo esta tormenta y el ojo del huracán, podría morir si conduzco en esta condición, mi corazón me recuerda que aun amo a la mujer que quedó atrás, cómo estará, ahora lo sé que aún la amo; en sus ojos azules, habrá otra tormenta igual. 
Nada me detiene, frenaré con motor al descender, eso me dijo mi padre cuando me enseñó a conducir. (manejar) 

No puedo dejar de sufrir, ahora lo sé muy bien, que no debí dejarte ahí sola y sin mí, el tramo es largo y la pendiente peligrosa, mi motor ruge, como si protestará o sufriera al igual que yo, en mis ojos sigue lloviendo y en el retrovisor aquel par de ojos azules, no me paran de ver, se meten en los míos y viajan directo al corazón; toman un atajo y entran en mi mente.

Besos candentes, abrazos ardientes que derriten cualquier piel, sensaciones que estremecen mi cuerpo, agitan mi respirar y a mi corazón también. 
Que bello fue, ahora lo sé bien, cuanto la amé, no debí dejarte así; detengo el auto, para reponerme, limpio mis ojos y la tormenta apacigua, una llovizna es ahora, solo será por una hora, la carretera me reta y mi vista la ve y con respeto la contemplo, aún falta mucho para terminar de descender y tu mirada sigue allí.

Los autos pasan a mí lado y nadie se detiene, todos viajan atentos, pues la serpiente ya a cobrado muchas vidas, este día podría ser la mía, por eso necesito estar despejado para atender bien el volante y escuchar el crujir de mi motor, saber cuando deberé frenar con él, creo que las nubes se abren paso y pronto saldrá el sol, eso me hará bien; ahora lo sé, cuanto te extraño y a penas voy iniciando la Conora, me pregunto si debo volver, regresar con quien me trae en medio del huracán.

Me doy fuerzas y de nuevo sobre aquella serpiente, un trailer me pide le de vía, seguro voy muy lento, el motor de ese camión se escucha con furia, me hago por un lado y siento un remolino a su paso, será que quien conduce va con bien, ya pasó y me dejó una nube de humo negro en la cabina, mis ojos se irritaron, las lágrimas ahora son por el humo; no me puedo engañar, lo sé muy bien, la tormenta sigue en mí y el huracán también y en le retrovisor ese par de enormes ojos azules que me conocen tan bien, fijamente me ven.

A media Conora voy, veo para atrás y la cola de la serpiente aún se ve amenazadora y lo que me falta es mucho peor, a pesar de que ya no estoy tan alto; la temperatura dice caliente, mi motor me pide un descanso pero quiero salir de este abismo, alejarme de aquí y seguir mi camino. 

La verdad no estoy seguro de querer esto, otra vez me detengo y salgo del auto para observar bien; los desfiladeros son verticales y profundos, el barranco no tiene final, al igual que este tormento, me llega el lamento y en mi sienes retumba la pregunta; ahora lo sé muy bien, en mis ojos la tormenta arrecia y el huracán regresa.

Ella estará bien o sufrirá cómo yo, nunca debí dejarla así, sin mí, ahora lo sé y me viene bien escuchar su voz, pero eso ya no será posible, ella esta a kilómetros de mí. (aquí).

La Conora es mi pesadilla, es la que me detiene con su serpiente, sus desfiladeros y barrancos sin fin, a mi lado se enfría mi auto y sobre los vidrios se refleja tu rostro, quien me dice; regresa, no te alejes, te espero y desespero, además sufro también.

Sus ojos ya no son azules, ahora son grises, debido a esta tormenta, el huracán hace destrozos en mi corazón y yo aquí a media Conora sin saber que hacer, seguir o regresar, cada media hora un auto pasa por mi lado y nadie se detiene a ver si me sucede algo, me pregunto de que huirán también.

El día amenaza con abandonarme, todo se oscurece y el frío me arremete, desearía refugiarme entre tus brazos, cálido lugar que me enciende la piel, se te da muy bien, ahora lo sé, no debí dejarte ahí sin mí y yo aquí sin ti, los ojos sobre los cristales se cierran al igual que mi ilusión.

Los faroles del auto que ahora desciende se encienden, sin duda la noche me acecha, y estoy aun casi a la mitad, mi futuro es ahora más peligroso, la tormenta aún me amenaza, siento las centellas en mi pecho, la tormenta se avecina de nuevo y con ella el huracán también, debo entrar en mi auto, arrancar el motor, el que ya se enfrío y seguir mi camino, mi destino esta enfrente y me espera con los brazos abiertos; ahora lo sé bien, aunque no logro ver muy bien.

El motor encendió al estartazo y lo acelero y se escucha poderoso, la serpiente sigue al acecho, pero ya es corto el tramo que me espera para llegar al valle del silencio, esa será otra fase y me pregunto; cómo será.
Veo para entrar en la cinta asfáltica, acelero y me marcho; en cada curva freno con motor, este se escucha bien, la tormenta ya me dejó y el huracán también.

La Conora llegó a su final, vencí a la serpiente y a su mortal veneno, la veo y le digo; llegué por fin y estoy muy bien, en mis ojos ya no hay lluvia, pero mi corazón no se siente nada bien y mi mente me envía imágenes tuyas, las recibo bien, te recuerdo con amor y en mis labios nace una sonrisa; ahora lo sé, un día volveré y seguro te encontraré, nuestro amor recuperaré y la vida que hoy dejo atrás retomaré y seguro que nos irá muy bien, porque el verdadero amor, ese nuca muere.  





viernes, 8 de septiembre de 2017

No te puedes olvidar de mí


Con quien hoy estés, 
me recordarás.

Con quien hoy estás,
cuando él te besé, me sentirás.

Con quien hoy estés,
me extrañarás, 
porque él no me logró vencer. (hacer olvidar).

Con quien hoy estés,
cuando sientas sus manos acariciar tu piel
desearás más de mí.

Con quien allá estés,
hoy tan lejos de mí
no podrás olvidarte de mí.

Con quien creas amar,
su cuerpo desnudo no saciará
la sed que tienes en cada poro.

Con quien creas amar,
a tu corazón no logras engañar
y mi imagen aparece en tu mente. (memoria).

Con quien este engañado por ti
él un día se dará cuenta 
de que aún me amas, 
que aun sientes amor por mí.

Con quien te robó de mi lado,
lo hizo con engaños, 
con regalos que ya no te llenan,
ahora extrañarás mis rasgaduras en tu piel.

Con quien engañado aún está,
tarde sabrá y lo tendrá que aceptar
cuando te vea a mi lado regresar, 
arrepentida de haberte ido de mi lado un día.

Con quien ahora estés,
te verá y se reirá de ti 
cuando vengas a mí 
a suplicar que deseas regresar.

Ahora soy más dueño 
de tus pensamientos, de tus sentimientos 
y sabes que no miento.

Ahora extrañas esa sensación 
que hubo en tu vientre.

Ahora extrañas ese mágico momento,
donde estuvieres 
no podrás olvidarte de mí,
porque vivo en tu memoria en cada momento,
en tu corazón y por debajo 
de ese excitante calzón, 
¿reconoces esa rica picazón? (Comezón)

Ahora estás deseando hacer el amor,
pues con él, solo es un momento 
sin amor ni sentimiento,
eso es la sal y pimienta 
estar con él, no tiene sabor, ni condimento.

Te hago falta en la entrepierna 
y en cada parte de tu cuerpo.

Con quien estés, yo sé muy bien 
que no me puedes olvidar.

Con quien estás y donde estés 
no me olvidarás jamas,
porque con quien hoy estás
no me logra sacar de tu mente 
y cada momento que vivimos un tiempo.

Cuando te besé, 
no experimentarás esa sensación 
de querer un poco más.

Cuando sus manos acaricien tu piel, 
será como hiel, extrañaras mi rica miel.

Donde quiera y con quiera que estés 
no podrás jamás olvidar
a quien llevas en el corazón y pensamientos.

En donde hoy estés 
no te olvidarás de mí,
recordarás que todo lo que tuve 
todo fue tuyo
y eso me hará para siempre solo tuyo 
y a ti para mí, siempre mía serás.

No me te puedes olvidar de mí.
Eso lo se bien



Arthur (las canciones de mi vida)


Hubo una vez en New York, un maduro millonario, quien hasta hoy nunca maduró, vivía en el penthouse de un lujoso hotel, el propietario era él, se daba una buena y lujosa vida, era excéntrico hasta más no poder. De compañero un viejo y londinense mayordomo, quien le seguía la corriente para mantenerse al corriente y no perder tan envidiado trabajo, pues para él todo aquel lujo era como si fuera de él. 
Arthur era su nombre, su apellido no le venía muy bien, así que lo obviaba pues, decirlo era sinónimo de riqueza desmedida, algo que lo tenía sin preocupación, sin el menor cuidado, pues, para él, su mundo era solo él. 

Sobre la Fifth Avenue lo espera su fiel mayordomo, quien le hace de chófer también; esperando por él, mientras se viste de frac, con sombrero alto y cola en el saco, cada tarde de cada día por todo el año, ambos salían de compras, por lo general era en New York, aunque otras veces tomaba su avión personal al que lo tripulaba el mayordomo también y viajaban a Berlín, Inglaterra y Francia, cualquier lugar que se le antoje esta bien para él, cosas del millonario inmaduro aun.

Esta vez luego de darse un baño en champan, que otras veces era en leche, porque alguien le dijo que era bueno para la piel, a lo que el mayordomo a veces le decía. 

_Que bien señor, usar toda esa leche que alimentaría a centenar de niños. Él respondía. 
_Yo no tengo la culpa de que sean pobres. 
_Tiene usted razón señor. Respondió sarcástico el mayordomo. Cuando lo hacía en champan el mayordomo decía. 
_Vaya que desperdicio de tan cara bebida, con ella, alguna pareja seria feliz en su boda.
Arthur respondía. 
_Y a ti que te importa, si cuando no estoy lo haces también. El pícaro mayordomo sonreía y pedía perdón al señor por el abuso. 

Cuando Arthur bajó y frente a su lujoso hotel se paró, el mayordomo le abría la puerta del enorme y lujoso auto, ya él cómodamente sentado y el mayordomo al volante, este preguntaba. 
_¿A dónde amo? 
_Avanza, ya te diré donde detenerte. Responde esta vez Arthur. 

El mayordomo quien lo ve por el retrovisor, dice.
_Excelente decisión señor. 
Y avanza por la lujosa avenida, mientras este avanza, Arthur observa para la calle, mil ideas en su cabeza, entre ellas, en qué gastará parte de su fortuna, qué es lo que le hará falta, esto le invade en dudas su cabeza, baja el vidrio que lo separa del mayordomo, y le pregunta. 

_Jaime. 
_¿Si señor? 
_¿Qué compraré hoy?
_No sé señor. Usted dígame. 
_Mejor, di tú que necesito, pues no se que me hará falta, quiero algo que me dure el gusto, como el enorme tren; ¿lo recuerdas? 
_Cómo olvidarlo señor.
_¿Recuerdas lo qué me costó armarlo? 
_Si señor, una proeza, es usted muy inteligente sin duda; yo solo observé. 
Dijo Jaime, quien vio a su amo con mirada de enojo por el retrovisor, pues el que lo armó fue él y vaya que le costó; pero luego sonrió, pues vaya que se divirtió junto a su amo, ese día parecían un par de niños con juguete nuevo, tomaron del mejor champan, fumaron los mejores puros cubanos, ese fue el recuerdo del mayordomo. 
_¿Sabes Jaime?, algo así quiero encontrar hoy, algo que me haga olvidar mi pobre vida.
_Seguro,  señor, muy pobre señor. 
Dijo el fiel mayordomo, quien se sonrió, esto Arthur no lo vio, él seguía observando por las aceras de la Fifth Avenue. 

Esta vez el mayordomo se preocupó por su patrón, pues nunca antes lo vio tan acongojado, preocupado, como aburrido de su ostentosa vida, pero nada se le ocurrió, pues Arthur tenía todo lo que él podría desear, todo lo imaginable era de él y lo inimaginable, también; nada nuevo por comprar. 
Pero algo si era seguro, que esta tarde debería de gastar por lo menos cien mil dolares, para regresar feliz, pues, no le bastaría esta vida para gastar tan vasta fortuna. 

Arthur a pesar de ser uno de los hombres más ricos del mundo, no era feliz, y esto, no es de imaginar, porque si hay algo seguro en esta vida, es que el dinero no lo compra todo.

_¡Detente aquí! 
Ordenó Arthur a Jaime, este se detuvo al lado de un hidrante, pero nada importó, pues podía pagar mil infracciones, al ver lo que sucedía el policía se acercó, pero al ver de quien se trataba lo ignoró, se hizo de la vista gorda, pues quien no conocía a tremendo magnate, era enorme pero bajo de estatura y carecía de cualquier sentimiento para su prójimo, para él, nada ni nadie importaba; el policía dijo: -Qué posibilidad hay de un incendio y si lo hubiera y se quemara esta cuadra, al día siguiente estaría en pie, lo único para lamentar, sería una perdida humana, aunque los familiares recibirían en compensación tremenda fortuna. Luego pensó: Quien sufriera una quemadura para dejar este maldito empleo.  Y siguió con su andar sobre la Fifth Avenue. 

Arthur descendió del lujoso auto, el mayordomo al lado de la puerta, Arthur se colocó su cómico sombrero y en la tienda entró; mientras, el mayordomo corrió la limusina unos metros para evitar una tragedia, luego también entró, quien sabe y hoy como siempre su patrón le regale algo costoso.

_Buenas señor. Pase adelante. ¿Puedo ayudarle? 
Dijo la señorita de buen ver al desconocido con atuendo pasado de moda para la ocasión; Arthur se incomodó, pensó: -¿Cómo puede ser que esta no sepa quien soy? Entonces, la observó de pies a cabeza; y la verdad, que la chica era bella, aunque se le notaba por cada poro que no era acomodada, que era alguien más, una más del mundo sin fortuna, a pesar de su linda figura y su cara angelical, ojos azules, sonrisa de carmín suave, para no caer en lo vulgar, ropa, la que recién se compró para la ocasión, para iniciar el día muy bien en su nuevo trabajo. 

Jaime dijo al pequeño adinerado.
_Ordene usted señor.
_¿Escuchaste a la chica? Dijo un desconcertado multimillonario. 
_Si señor.
_Ella no sabe quien soy, ¿puedes creerlo?
_Eso es algo inaudito señor.
Dijo Jaime haciendo una mueca con los ojos a la desconcertada señorita, quien no sabe ni conoce del Jet Zet por ser del proletariado; la asalariada de nuevo preguntó.
_¿Le sirvo en algo señor?...
El mayordomo de inmediato ordenó y corrigió la plana y a la chica le dijo, o mejor, le agregó a su frase lo siguiente...

_¡Arthur! 
Y a la chica le sonrió, esta comprendió y la frase corrigió, luego de hacerlo, el millonario excéntrico le dijo que le mostrara lo nuevo y más caro. La chica lo condujo por el lugar más exclusivo, pero justo cunado llegó a ese departamento sale la dueña a su encuentro y le dice a la chica.
_Está bien Esmeralda, yo me encargo del señor Arthur, uno de nuestros mejores y exclusivos clientes. Arthur dijo de inmediato.
_No. Quiero que ella me acompañe, que me muestre lo que recién llegó. 
La señora no tuvo más que seguir la vieja regla que recita: El cliente siempre tiene la razón, y le cedió el lugar a la chica, quien por ser novata no sabía que podría interesar a tan distinguido y cómico millonario; el mayordomo, quien era otro más del proletario observó la angustia en Esmeralda y con otra mueca le indicó que él le sugeriría lo que podría necesitar, a pesar saber muy bien que lo de la tienda ya lo tendría todo en el desván o en una de sus tantas bodegas. 

El tour prosiguió y mientras avanzaban los tres, solo el mayordomo observó lo inimaginable y era qué, en el lugar hubiera algo que Arthur no tuviera aún y que realmente lo necesitaba, lo necesitaba con extrema urgencia. La chica lo condujo por casi todo el comercio y este compró lo que ella le ofreció, ella se sentía muy bien, para ser su primer día y por vender todo aquello, eso era una maravilla, además, pensó con emoción en la comisión. 

La compra terminó y lo que Arthur invirtió fue una enorme fortuna, la chica no se lo creía, el mayordomo también, mientras la dueña del local se le aparecía el signo de dólares en las corneas, Arthur salió del lugar, la señora preguntó al mayordomo.

_¿A la dirección de siempre Jaime?
_Así es señora. 
Dijo el fiel mayordomo, quien se apresuró a retroceder la limusina y la colocó en donde Arthur descendió, este ahí esperó y de reojo a Esmeralda vio, esta ni cuenta se dió, sería por la emoción de su primera e increíble venta.

Cuando su enorme y lujoso auto estuvo en el lugar Jaime se apresuró a abrir la puerta del auto, Arthur entró, pero en su rostro algo extraño, había gastado más de lo acostumbrado pero en su rostro se le asomaba la duda: -¿Habré comprado lo realmente deseado? 

Mientras conducía la lemosina, Jaime observaba lo hasta ahora no descifrado y a su amo le dijo.

_¿Seguro qué no olvido nada en el almacén Señor?
_Me conoces bien, creo que algo me faltó por comprar, ¿lo has notado también?
_Tengo un vago presentimiento señor, pero creo que lo que usted desea no tiene precio.
_¿Cómo que no?, todo tiene un precio y lo que quiero, lo compro.
_Me temo que esta vez no mi señor.
_¿A qué te refieres? Dí, ¿viste algo que me falta y no me dijiste nada, acaso era muy caro? 
_Nada sería caro para usted señor, pero esta vez, observé algo inusual y que le hace falta, pero siento pena por usted señor, porque esto que vi no lo compra el dinero.
_¡Pamplinas! dí pronto ¿qué es? y gira en esta esquina volvamos, lo quiero comprar, lo debo comprar, ¿acaso me quieres matar?, me llevas directo con lo que has observado, me lo muestras y ofreceremos lo que sea, pero de que lo compro lo compro.
_Como ordene señor.

El mayordomo giró como Arthur lo ordenó, sabiendo que por lo que volvían no podría ser jamás comprado ni por todo el oro del mundo. Arthur por su lado iba desconcertado, sabía que algo en aquel lugar había que él deseaba, pero aun no sabía que era. 
Jaime se parqueó en el mismo lugar, descendió y se dirigió hasta la puerta de la limusina, Arthur descendió también y hacia el comercio se dirigió; al entrar la dueña con asombro lo atendió.
_¿Arthur, olvidó algo?
_Creo que sí, pero aun no sé qué es, esperemos a Jaime, él sabe que es, lo que sea, lo quiero.

Jaime entró en el lugar y cuando entró, tanto dueña del comercio, como Arthur lo vieron en silencio, esperando que este dijera que era lo que el millonario necesitaba, Jaime que era muy perspicaz, dijo de inmediato.

_¿Y la señorita Esmeralda? queremos que ella nos atienda.

La señora respondió. 
_Ella se marchó, su turno terminó. 
_Entonces nos vamos. 
Dijo Jaime, Arthur indignado y preocupado, a su mayordomo reprendió.

_¿Cómo qué nos vamos? Yo quiero comprar lo que no tengo y tú dijiste que sabías que era, así que, me dices que es para comprarlo o te despido en el acto.

Tanto la señora, como mayordomo, quedaron pendientes y preocupados, una por la orden que escuchó, si sabía bien que todo lo de la tienda Arthur lo tenía ya. El mayordomo, su preocupación era que, lo que Arthur ahora deseaba no tenía precio y además, ya no estaba en el local comercial.

_Jaime, te ordeno que me digas que es lo que me hace falta. 

Luego de un silencio prolongado, este dijo lo que Arthur carecía y lo que escuchó le espeluznó.

_Amor señor, eso es lo que a usted le hace falta y eso señor, no tiene precio y no lo compra su dinero.

Tanto la señora y Arthur quedaron en shock pues, el mayordomo tenía razón; la señora pensó: -¿Será qué se enamoró de mí?, ¡seré la mujer de tremendo millonario! Pero de la nube Jaime de golpe la bajó; pero antes el millonario habló.

_¿Qué locuras dices Jaime, yo enamorado?
_¡Sí! Esto fue tajante. 
_¿Y de quién estará enamorado Arthur? Jaime ¡hable que nos tiene en ascuas!
_¡Ya oíste! Dijo el excéntrico millonario y agregó: -¡Habla ya!
_De la señorita Esmeralda señor.

La vieja casi se desmayó, ¿cómo era posible que una proletaria fuera la afortunada; mientras que Arthur no dijo nada, más tarde agregó.

_A casa Jaime

Y la orden tomó efecto inmediato, luego de aquel incidente, Arthur lleva una semana sin desear salir de compras, pues lo que hasta ahora no tuvo y le hace falta, no tiene precio, esto luego lo comprendió.

_Jaime, mi amigo, ¿qué debo hacer para conseguir el amor de Esmeralda? 
Jaime respondió con sonrisa en labios.
_No se preocupe señor, como siempre yo le ayudaré a conseguir lo que su corazón desea.
_¡Hazlo por favor amigo, yo te recompensaré!
_No se preocupe señor, pues en mis años mozos yo fui un Don Juan y estas cosas del corazón me viene por el zaguán.
_Pues manos a la obra mi querido amigo, me daré un baño, ve a prepararlo, luego me das las directrices para conquistar lo que no tiene precio, esa joya invaluable que se llama: Esmeralda.
_¿Le preparo la tina en champan o con leche señor?
_Estás loco, que sea agua, como cualquier mortal.
_Excelente y apropiada decisión señor.

Una vez Arthur bañado y rasurado, se metió en uno de los miles de fracs que tenía en el armario, a lo que Jaime le corrigió, este le dijo, que para esta ocasión no necesitaría ese vestido, que irían de compras para que todo saliera bien. 

Se dirigieron a una tienda sobre la misma avenida, solo que esta vez a un lugar que vende ropa casual, algo como; jeans y una franela a cuadros. Arthur preguntó. 

_¿No me veo ridículo con esta rara vestimenta?
_Le aseguro que no mi señor, ahora iremos a comprar chocolates y flores, y si tenemos suerte, un cachorro señor.
_Me has dicho que fuiste un Don Juan, pero al parecer, solo fuiste un pobre Pedro. ¡Jajaja!, nada de lo que dices tienen sentido.
_Por supuesto señor, pero para las cosas del amor nada tiene sentido y si no, véase usted mismo señor.
_Tienes razón, bueno que sé yo de estas cosas del amor, tú dices ser el experto, me adentraré en esta nueva aventura en busca del amor.

Todo se hizo según Jaime y cuando fue la hora de salir del trabajo de Esmeralda, afuera la limusina, Arthur sintió que su corazón se le escapó del pecho y gritó.
_¡Jaime, un paro cardíaco, llama al médico de inmediato que muero!, algo me pasa, siento millones de mariposas en mi barriga también, ¿será qué esta ropa me dio alergias?
_No señor, así se siente el amor.
_Ahora ya se le pasará.

Jaime salió para abrir la puerta de la limusina y cuando Arthur salió, Esmeralda ni lo vio, ella se dirigió hacia un tipo que la esperaba recostado sobre un auto de modelo antiguo, tanto Jaime como Arthur se desilusionaron, y a la limusina retornaron, cuando Jaime arrancó, el vidrio la señora de la lujosa tienda les somató. Jaime detuvo el motor y bajo el vidrio y a la señora preguntó, pues Arthur tan deprimido no podía ni hablar.

_¿Qué sucede doña Susy?
_¿Por qué se van, acaso no venían por Esme? 
_Sí, pero al parecer la señorita Esmeralda ya tiene un compromiso.

La dama antes de responder a la premisa de Jaime, observó a Arthur y a su nuevo atuendo y dijo.

_Arthur, se te ve bien con es ropa, ahora ya pareces de esta época, hasta te veo guapo, antes me interesabas por los millones, pero ahora me interesarías por guapo..., y también por los millones. Bueno. Arthur, Jaime, quien esperaba a mi suertuda empleada, la espera todos los días y no es más que su hermano.
Al estómago de Arthur retornaron las mariposas, esta vez fueron billones y a Jaime le regresó la vida también, pues quería a Arthur como a un hijo. Susy dijo. 

_Hazte para allá Arthur, les llevaré a donde vive Esmeralda, quien sabe y tengas suerte, aunque con tremenda fortuna, como no tenerla. Una vez al lado de Arthur ordenó.
_Arranca este carruaje y sigue derecho Jaime,  
_Como ordene Susy. 

Luego de salir de la enorme ciudad se dirigieron a un lugar que Arthur jamás imaginó visitaría,

_¿Y este lugar tan extraño, ¿qué es; aun estamos en USA?
_Claro señor, estos son los arrabales, así les dicen en otros lugares, pero despreocúpese que todo saldrá bien.
_Es por ahí, lo sé por la dirección. Dijo Susy, quien observaba por la ventana las direcciones.

Llegaron a un humilde lugar, justo a las afueras de la ciudad de New York, Una colonia de gente de clase media.

_Esperen aquí. (Dijo Susy) Ya vuelvo.

Como a media hora después, del humilde lugar salió Susy, pero sola, Arthur y Jaime se entristecieron, ella llegó y a la limusina se subió.

_Lo siento Arthur, pero Esmeralda se niega a salir, ella dice que lo tuyo solo es un capricho de millonario y que no accederá, pues tu fortuna a ella no le atrae, ni le interesa, ella quiere encontrar el amor, pero uno real, el verdadero amor.
_Bueno. 

Dijo Jaime, nada que hacer, gracias Susy.
_¿A dónde señor?... ¡Señor, espere! ¿a dónde va?, ¡no haga una locura!

Arthur, con caja de chocolates en una mano, ramo de rosas en la otra y halando al cachorro se dirigió hasta la casa de ella. 
Sale Esmeralda y quien sabe de que hablaron, pues les llevó como una hora, luego de esa hora, mientras Jaime y Susy se besaban apasionadamente, al parecer lo de Don Juan si era cierto.

_¡Hey par de tórtolos, que me ensucian el auto!
_¡Señor!
_¿Cómo te fue Arthur?
_Al parecer no tan mal, pues ha regresado sin flores, sin chocolates y sin cachorro.
_Pues me fue bien, ella al verme dijo; usted, ¿es el excéntrico millonario de la otra vez, pero no parece usted, y su ridículo traje? Este le queda mejor, luego me escuchó y aceptó mis obsequios y ahora tenemos una cita, ella no se comprometió, solo me ofreció conocerme y eso haremos, ¿sabes Jaime? se siente bien... ¡Vamos a casa!
_Como ordene señor.


Una vez en el lujoso hotel, Jaime pregunta a su amo.

_¿Me necesita el resto de la noche señor?
_Creo que no Jaime, lo que necesito tiene nombre de joya. Elige el cuarto que quieras y que disfruten de la noche, ahora conocí lo que no tenía y que jamás imaginé que necesitaría y se llama amor.
_Feliz noche señor, que descanse.

_Feliz noche para ustedes y que no descansen. ¡Hasta mañana!



                               El Fin


Inspirado en la canción del tema de la película del mismo nombre: Arthur. De Cristopher Cross
Historia: C. Cross, P. Allan, B. Barcharac, S. B. Sager y S. Raga y Arthur el millonario la película (S. Gordon)