jueves, 28 de diciembre de 2017

La Chaqueta


Un joven caminaba por las calles de la ciudad sin rumbo y con unos cuantas monedas en su bolsillo, producto de su honesto trabajo, cada vez que paseaba por aquel lugar se acercaba a un local comercial con ropa exclusiva que con seguridad él no podría jamás comprar, pero aún sabiendo que no le era posible comprar en tan exclusiva tienda, le gustaba acercarse a ella, ver a las vitrinas y con esto soñar como se vería con esa linda, lujosa y cara ropa. Esta vez de nuevo se acercó y admiró lo que sus ojos veían y su corazón deseaba, mientras admiraba y deseaba una de las señoritas dependientes de la tienda se abría camino por entre los maniquís y una vez estuvo al lado del maniquí que daba hacía la vitrina, el más cercano a la vista de los transeúntes empezó a desvestir el que ella había elegido, por cosas de la vida el que estaba precisamente en frente del joven, a pesar de que la chica era una mujer muy hermosa y sensual los ojos del joven quedaron prendidos en la prenda que ella le colocaba al maniquí elegido, se trataba de una chaqueta de cuero, de color negro, con una franela afelpada en el interior de ella; la chica se esmeró en dejar bien colocada la delicada y linda prenda, el chico no podía dejar de verla, hasta el día de hoy nunca antes hubo otra prenda que le atrajera de esa manera, la chica a la que le gustó el chico se movía de una manera tan sensual, se agachaba, se colocaba de lado, hacía lo imposible para que el joven la viera, pues, según ella era e ella a quien él veía con vehemencia, pero no era a la hermosa dependiente de la lujosa tienda la que tenía al muchacho como ido, como en otra dimensión, como sin importarle nada de lo que pasara a su alrededor, para él solo existía en ese momento la chaqueta. La señorita aún creída que ella era la atracción para quien veía la vitrina se alejó por unos minutos, los que necesito para ir por el cartel con el precio de la chaqueta, mientras regresaba observó al chico aún en el mismo lugar, ella caminó como si fuere una modelo sobre pasarela, también elevó sus no tan pequeñas bubis, las cuales resaltaron y cuando estuvo al lado del maniquí fingió que se le cayó el rotulo para agacharse y así dejar a la vista el chico sus hermosas bendiciones naturales, lentamente se puso de pie y dando la espalda al joven para que este observara las muy abultadas nalgas y esas lindas piernas, así como su diminuta cintura colocaba en el pecho del maniquí sobre la chaqueta el cartel con el precio; cuando hubo hecho esto, se sonrió con el chico para darle la oportunidad de que este ahora la abordara, pero el joven no pudo ver la insinuante sonrisa pues lo que veían sus ojos era algo increíble, algo que no podía creer, era un milagro por su insistente visitas a esa tienda. Este sin pensarlo y con ansiedad en él ingresó en la tienda, la chica al verlo entrar con tanta prisa sonrió satisfecha pues, sus movimientos sensuales de hembra en celo y coquetería dieron resultado. 

_Yo lo atiendo, es mi cliente.

Dijo muy segura a otra de las lindas dependientes quien ya se acercaba al presunto comprador muy emocionada pensando en la comisión de cada venta que no eran despreciables. La compañera de la que le modeló al cliente se regresó a su lugar un poco molesta.

_Hola, ¿en qué te puedo servir? Dijo la señorita sonriente, pensando en que diría el joven para conquistarla, pues, las puertas del amor estaban de par en par.
_Perdón señorita, pero, ¿es cierto? Dijo el incrédulo joven.
_Pues claro que es cierto. Dijo la joven arreglando su diminuta falda.
_¡Wao! no me lo puedo creer, creí que estaba soñando.
_No, para nada, no estás soñando, es la pura realidad, ¿qué me dices?
_¡Qué me la llevo!
_Pero salgo hasta las siete. ¿Me esperas o regresas por mí?
_¿?egresar?, estás loca, si me voy me puedo perder esta tremenda oportunidad, la quiero ahora mismo.
_Pero. Esta bien, espera un momento, veré que me invento para que me dejen salir ahora.
_Salir ahora, ¿de qué me hablas? Dijo un joven con la cara de quien dice ¿qué pasa aquí?
_Si, salir, ¿no me estás invitando a salir? Dijo la joven mujer con la duda en el rostro.
_No, claro que no. Yo hablo de la chaqueta.
_¿De la chaqueta? ¿Qué chaqueta? Dijo la chica molesta.
_Claro, era de suponer que te habrías equivocado, yo sabía que no podría ser cierto. Dijo el otro desilusionado.
_Un momento, ¿qué pasa aquí, de qué diablos has estado hablando todo este tiempo, qué es lo que no podrías creer y creías que era un sueño y todas esas cosas que me has dicho?
_Pues de la chaqueta.
_¿De qué chaqueta, diantres? Dijo molesta.
_¿De qué chaqueta? pues de la que has colocado en el maniquí, la que esta rebajada con el 75% de descuento, es eso lo que no me lo puedo creer. Me la llevo ahora mismo.
_Ah, es eso, la maldita chaqueta, de eso has estado hablando todo este tiempo. Dijo con desilusión la linda chica.
_Pues claro, ¿de qué creías tú qué hablaba?
_Nada, no me hagas caso, ahora te atienden. Lisa el cliente es todo tuyo. Grito la chica mientras caminaba con la moral hasta el suelo.
_Gracias amiga.

El chico salió del almacén con su compra y con la ansiedad de llegar a casa para ponérsela y con ella ser la envidia de sus amigos. Ya en casa la extrajo de la bolsa y se la colocó y con ella se paró frente al espejo, la chaqueta increíblemente le sentaba muy bien, como que fue hecha para él.

_Que linda chaqueta hijo, te quedo muy bien, como si fue hecha para ti,
_¿Verdad qué si madre?
_Te habrá costado una fortuna, pues se ve que es una prenda muy cara.
_Es una chaqueta para millonarios madre, pero por algún motivo que no entiendo estaba super rebajada y por eso la pude comprar. Ahora voy a lucirla a los cuates ya vengo.
_Con cuidado hijo y no te la vayan a robar. Dijo la madre angustiada a su hijo quien salió da la casa con la emoción a flor de piel.

Al cabo de un mes de aquella ganga el joven andaba por el Mall en misión de compras, mientras caminaba con los paquetes de las compras y caminaba por los pasillos del lugar observando como siempre vitrinas y luciendo su lujosa y linda chaqueta, se le acercó un tipo y con la excusa de preguntar la hora y mientras este buscaba su reloj para entregarle al desconocido la hora, este se le acercó mucho y le colocó al estómago una pistola y muy bajito le dice.

_Escucha hijueputa, ta vas a quitar esa chaqueta y me la vas a entregar, lo harás de una manera natural como si fuéremos los mejores amigos y me la darás de la misma manera, ¿entendiste?
_Pero mi chaqueta, ¿no quieres alguna otra cosa, las comparas por ejemplo, mi celular, mi billetera?
_No cerote, quiero esa chaqueta, lo que llevas en tus compras es una porquería, tu celular debe de ser otra porquería y lo que tenes en la billetera será una miseria, en cambio esa chaqueta se nota que es carísima. Te la quitas ahora mismo y me la entregas o te mato.

El joven con el dolor en el alma se quitó la hermosa chaqueta y la entregó al malandro quien le hundía el cañón del revolver en un costado del estómago.
Después de hacerlo el joven vio como el ladrón se alejó con su chaqueta de la manera más descarada, sin temor, como si estas le perteneciera legalmente.




Continuará...





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