martes, 5 de diciembre de 2017

Si me invitara (las canciones de mi vida)


Como todas las noches de viernes; él, sentado en la barra del bar tomando un trago que le diera valentía para hacer lo que por semanas no se animaba. 

Todo inició una noche cualquiera de otro viernes cuando en el mismo lugar él la vio en el bar entrar, llevaba un vestido rojo pegado a su cuerpo que no disimulaba sus hermosas curvas, curvas que hicieron que a todos los caballeros que allí estaban ese viernes se les parara el corazón; ella, quien sabía lo que poseía, que sabía que la naturaleza había sido extremadamente generosa con ella, sin siquiera tomar atención a las miradas de todos siguió su sensual andar hasta llegar a la barra de aquel bar. 

En la esquina opuesta donde ella se sentó, un apuesto caballero, quien a la chica desnudó con la mirada, ella sintió como su vestido se desvaneció ante la lujuriosa mirada del guapo caballero quien bebía su copa de champan al tiempo que desnudaba a la bella señorita con sus ojos y con sus pensamientos. 

Por otra parte, ella sintió que desnuda quedó ante la insistente mirada del que no dejaba de verla y que para ella no era del todo indiferente, se sintió complacida por ser desvestida y deseada por alguien a quien para ella también era atractivo y entonces los dos pensaron; ella por su parte...

_Si me invitara a tomar algo, quien sabe y después algo podría pasar. Nada le negaría. Seguro que él me desea entre sus brazos y yo lo quiero abrazar.

Él pensó entonces...

_Si la invitara. ¿Se negaría? Pero cómo la deseo. Es linda esta mujer. Creo que se ha percatado que la he desvestida con la mirada al nomas entrar a este bar. Si la invitara todo podría pasar. Ella me desea entre sus brazos tanto como yo la deseo abrazar.

Ella siguió pensando sin dejar de verlo, enviando señales de que estaba a la espera por ser abordada por él y que la invitara a una copa de champan...

_Si me invitara esta noche el hombre que esta en el bar y no me importa si es casado, perdí el sentido cuando mi vestido se ha desvanecido justo cuando me ha mirado al entrar en el bar.
Nada me importaría pues, solo lo quiero para una noche o quizá otras más. Mucho me ha excitado cuando con la mirada me desvestido al nomas entrar al bar. Siento que estoy encendida. Si me invitara esta noche, todo podría pasar.

Por su parte, este seguía viéndola y sintiendo fuego entre sus venas y entre sus labios un delicioso champán.

_Casi no me lo creo cómo la deseo, nunca antes sentí por otra mujer algo igual. Si la invitara esta noche, seguro que todo podría pasar.

Esto sucedía cada viernes por la noche. Él llegaba a la misma hora, pedía su bebida predilecta y veía el reloj con insistencia preocupado por verla llegar y con la ansiedad a flor de piel de que esta noche no vendría. 

Ella también llegaba al mismo bar con la esperanza de que al entrar él estuviera sentado en su lugar, al borde de la barra del bar y que al entrar, entre todas las miradas la única que a ella le interesaba era justo la de él y que mientras avanzara hasta su acostumbrado lugar en la barra de aquel bar, él la iría desvistiendo a cada paso que diera. Esto la encendía y la excitaba al grado de sentir fuego entre sus venas.

_¡Ahí viene...!
_¡Ahí está...! 
_Si me invitara esta noche; todo podría pasar.
_Si la invitara esta noche; todo podría pasar.

Ella se sentaba y cruzaba sus muy sensuales piernas; él la veía desnuda y ella se sentía desnuda, ambos se deseaban. Uno por tener el valor de invitarla; mientras la otra, el que él se animara, se levantara y le invitara una copa, pues de ser así, esta noche todo, absolutamente todo podría pasar. Nada le iba a negar. 

Se veían abrazados y sintiendo por sus venas recorrer el fuego de una pasión, ella se veía desnuda y con los sentidos perdidos siendo acariciada por el hombre que esta cada viernes en la barra del mismo bar. 
Por su parte, él se imagina encendido y disfrutando del cuerpo de la chica que esta en la barra de aquel bar, en el lado contrario a él, sentada con sus piernas cruzadas sin dejar de mirar.

Al parecer esta noche, será otro viernes como los de las semanas pasadas, solo pasarán las horas viéndose e imaginándose, deseándose amar, pero ni uno ni el otro se animan a dar el primer paso, quizá por el temor a perder lo que cada noche de viernes les enciende el fuego en las venas y era mejor seguir observándose; una desnuda y el otro desnudándola, a que esta linda y excitante emoción llegue a su final.



Inspirada en la canción: "Si me invitara esta noche" de, Juan Erasmo Mochi.
Historia de: J. E. Mochi y S. Raga




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