lunes, 11 de diciembre de 2017

SWElectronica. S.A.


Estaba recién graduado y mi única experiencia habían sido mis practicas mientras estudiaba, tanto en el instituto, como en mis vacaciones en alguna empresa que solicitaban vacacionistas. Una vez graduado, amistades y familiares me llenaron la casa para reparar sus aparatos, creo que muchos lo hicieron pensando que se ahorrarían unos billetes y sí, se los ahorraron, mientras que yo seguía en mis practicas pero ya como profesional, al tiempo mis estudios universitarios, pero esta es otra historia. 

Durante mi práctica supervisada conocí a un técnico, el cual, era un personaje no muy bien visto por el resto de sus compañeros en la empresa, era muy bueno y con enorme experiencia; yo que siempre he sido muy amigable, fui advertido por todos en esa empresa de no acercarme con aquel cascarrabias, me lo advirtió hasta mi jefe superior inmediato, a pesar de que ellos se llevaban muy bien y que la empresa casi siempre los mandaba juntos a especializaciones al exterior, pero yo que nunca me he dejado influenciar por las habladurías, no hice caso a todo lo que de él me advirtieron y decidí ser yo quien debía juzgarlo y vaya sorpresa la que me llevé, fue todo lo contrario y nació entre nosotros una enorme amistad (por qué cuento esto, pronto lo sabrán, los trucos que este me enseñó, son unos que en ninguna universidad encontrarás solo te los dará la universidad de la vida. Guardaré más detalles para comentarlos como una historia, pues este amigo se lo merece).

Pues bien, regresando a la presente historia. Una tarde se aparece mi hermano mayor, con un recorte de prensa el cual solicitaba un técnico, yo que no buscaba empleo, pues, con lo que a mi casa llegaba era más que suficiente, pero mi hermano que me insistía tanto y yo, con el recorte de prensa guardado; mi hermano me llamaba por teléfono para averiguar si ya había ido por el trabajo y yo, sin el menor interés. Entonces llegaron las vacaciones de Semana Santa y nos fuimos al pueblo de mis abuelos, mientras viajábamos mi hermano me recriminaba el por qué no había ido a las entrevistas, a lo que yo me hacía el desentendido, pero en mis adentros ya aburrido por tanta insistencia me prometí que si para cuando terminaran las vacaciones había otra oportunidad de empleo, lo tomaría, o por lo menos me haría los exámenes para ver si aplicaba a la plaza.

Regresamos de aquellas vacaciones y del tema ya no se habló más, pues era evidente que ya alguien era dueño del puesto. 

Pasaron veinte días de haber retomado nuestras vidas y actividades normales y el siguiente fin de semana llegó mi hermano a casa, como lo hacía cada sábado después de haberse casado, llegaban a almorzar a nuestro hogar y esta vez nomas entró y preguntó por mí, mi madre le indicó que yo me encontraba en la comodidad de mi cuarto. El viernes anterior había sido un especie de fiebre de viernes por la noche y aún me encontraba en cama con una hueva increíble, de esas que te las propina una buena desvelada.

_Con razón no buscas trabajo si aún estás echadote. Dijo muy molesto.
_Hola hermanito. Pasa, cómo estás, yo estoy bien, gracias por preguntar. Respondí muy molesto.

Este sin replicar a mi comentario me arrojó sobre las cobijas otro recorte de prensa y salió para terminar de llegar y saludar. 
Cuando escuché que la puerta se cerró y de golpe, salí de entre mis chamarras y me encontré con el recorte de prensa nuevo.

_¿Qué raro? Otra vez el mismo anuncio; ¿cómo, si yo lo tengo aquí guardado?

Y abrí una gaveta, y sí, ahí estaba, lo cogí y era otro, pero ambos decían exactamente lo mismo. La explicación lógica era que no habían aun contratado al tan buscado técnico y después de varias semanas dispusieron publicar de nuevo el mismo anuncio. 

En ese instante regresaron mis pensamientos del viaje, cuando prometí ir a ver la siguiente oferta de trabajo, además me dije que de pronto y ese trabajo era para mí, pues lo que es de Pedro no se lo quita Juan.

El lunes siguiente me levanté temprano para cumplir con mi promesa y mi destino, salí de la casa sin decir a donde iba, pues quizá y por mala suerte me daban el trabajo y a lo mejor no me interesaba trabajar y si se enteraban quién les callaría la boca, especialmente a mi hermanito. 

Baje del autobús y busque la dirección, la cual era en un sector muy exclusivo de nuestra ciudad, en donde solo se veían edificios enormes y empresas prestigiosas, seguí las coordenadas que me indicaban la dirección en el recorte de periódico y cuando sentí estaba enfrente del edificio de la empresa SWElectronica. S.A.

_¡Wao! Qué lujo de empresa.

Esto me entusiasmó y después de admirar el edificio de cuatro pisos, caminé a recepción, por fuera se podían observar los aparatos y el servicio que esta importante empresa prestaba, ingresé al edificio y la recepción era increíble, aduje que el resto sería mucho mejor; atendiendo los teléfonos, una recepcionista guapísima quien con mucha amabilidad y con un gesto me pidió me sentara y esperara en lo que ella se desocupaba. Yo me dirigí a la silla más cercana sin salir de mi asombro, el lugar era muy lujoso y exclusivo.

_Buen día, ¿en qué le podemos ayudar? Dijo la guapa recepcionista.

Yo me puse de pié y caminé hasta su cubículo, al acercarme para indicar a la señorita el por qué de mi presencia en el lugar pude ver un par de hermosa y sexys piernas, ella notó mi mirada indecorosa y solo se sonrió, seguro ya estaba acostumbrada a que quien se hiciera a su lugar y veía sus atributos femeninos esto mismo sucedía o pudo ser también que ella veía a un culicagado que no había visto antes a una distinguida señorita de esa élite. 
Bueno, con el rostro algo rosado y luego de aclara mi garganta le dije.

_Hola, vengo por lo del anuncio de la prensa. 
_Ah ok, por favor llene este formulario y luego me lo entrega. ¿Está bien?
_Sí, está bien, gracias.

Regresé al mismo lugar y llené el formulario, el cual solicitaba mis datos personales y profesionales, experiencias, etc. Al terminar regresé con ella.

_¿Ya lo completó?
_Creo que sí señorita, muchas gracias.
_Ok, sígame por favor. 

Se levantó, y que mujeron era, yo soy alto pero ella casi me sobrepasaba, por supuesto con la ayuda de unos zapatos como de diez centímetros, caminé por detrás de ella sin lograr dejar de ver sus glúteos y esas divinas piernas con que la naturaleza la bendijo. Entramos en el cuarto siguiente a la recepción y en el lugar, como una docena de personas esperando ser entrevistados, algunos con herramientas que indicaban que ya trabajaban en lo requerido por la empresa y que buscaban otras opciones de superación.

_Siéntate aquí ya te llamarán.
_Gracias, muy amable. 

Y regresó a su lugar de trabajo, no sin ser observada por la docena más yo, quienes esperábamos por ser llamados para ser entrevistados. 
Yo en mis adentros sentí un alivio, pues era evidente que no podría conseguir el empleo, pues, al ver las herramientas y las vestimentas con logos de empresas que seguramente eran de la competencia, yo no tendría oportunidad alguna, esto me relajó, pues regresaría a casa y les contaría que había asistido a mi primera entrevista de trabajo a petición e insistencia de mi hermano y que lamentablemente no lo había logrado, pero que habría dado el primer paso y que seguramente en un futuro cercano podría conseguir el anhelado empleo. 
Para todo esto escuché mi nombre, el cual seguro lo repitieron varias veces.

_¡Sergio Raga!... ¡Sergio Raga!...
_Aquí, yo, soy yo...
_Ah, pensé ya no estaba, pase por favor.

Me indicó un señor, ya molesto por mi falta de respuesta inmediata, tal vez cansado por las entrevistas y quizá ya con la persona contratada y yo solo sería invitado a pasar a sus oficinas para escuchar de él; un gracias por venir. 

-Ah se me olvidaba indicar que yo había llegado impecable a mi entrevista,- tal cual se debe asistir a una entrevista de trabajo, por lo menos así era en aquellos tiempos, creo que hoy día ya no se acostumbrará esto, a pesar de que los que pasaron antes que yo, no iban elegantes y llegaron con ropa de trabajo.

_Pasa, siéntate por acá por favor. Deja ver. Veo que recién te has graduado de Perito en Electrónica y que no tienes experiencia laboral. Tienes poca edad, etc., etc... Ok Sergio, te contaré para que puesto estamos solicitando un técnico y luego te haré un examen para saber el grado de conocimientos en electrónica que tienes. ¿está bien? 
_Está bien, me parece bien, gracias. Dije muy seguro de mí, algo que siempre me caracterizó desde muy joven.
_Bueno, SWElectrónica es una empresa con diez años en el mercado y nuestro fuerte entre otras líneas es la telefonía, para ser más exacto, las plantas telefónicas o KSU, cómo les llamamos en el medio. ¿Sabes de qué estoy hablando supongo?
_Para ser honesto, no tengo ni la menor idea. Pero tengo buena actitud y creo que puedo aprender rápido.
_Eso está muy bien. ¿Has tenido la oportunidad de reparar alguna vez por lo menos un teléfono?
_Para seguir con mi honestidad; no. Pero puedo aprender y rápido.
_Ok, excelente. ¿Has tenido la oportunidad de tener contacto con personas de oficinas y ofrecer servicios de telefonía?
_Pues, siguiendo con mi honestidad; no. A lo máximo que he llegado son a vecinos del barrio y a familiares, a los cuales les he reparado televisores, equipos de sonido y cosas similares.
_Comprendo. Ahora te enseñaré un KSU, para que lo conozcas y te haré unas preguntas de su electrónica, ¿Ok?
_Ok.

Extrajo un extraño aparato, de los cuales jamás había visto uno en mi vida como técnico, es más, ni sabía que existían; lo colocó sobre su escritorio y me pidió que me acercara y así lo hice; una vez al lado del misterioso aparato, el ingeniero me interrogó.

_Sergio, ¿podrías identificar algún circuito integrado?
_Si, claro, son estos. Y se los señalé.
_¿Podrías por favor señalar los transistores?
_Con mucho gusto, son este, este, y... este...
_Muy bien, podrías identificar en este aparato al fuente de alimentación.
_Con mucho gusto, la fuente de alimentación de este aparato obviamente es esta.
_¿Podrías indicar para que sirven cada uno de sus componentes?
_Con mucho gusto. Y procedí a indicar el funcionamiento de cada dispositivo.
_Muy bien. Bueno Sergio, esto es todo, me harías el favor de esperar en la sala un rato, gracias.
_Esta bien, con permiso.

Salí de la oficina del ingeniero, satisfecho y con la certeza de que no había conseguido el empleo, pues de todas sus interrogantes solo las últimas pude contestar, además no sabía ni J de lo que la empresa necesitaba para aplicar como su técnico. 
Mientras esperaba a que me llamaran de nuevo para darme las gracias, salió de su entrevista otra persona, al parecer era la última, pero no se sentó, salió del edificio y se fué; esperé otros tantos minutos y entonces salió el ingeniero y desde la puerta me indicó que entrara.

_Siéntate Sergio, espera un momento por favor.

Tomó su extensión telefónica y por el intercomunicador solicitó la presencia de la guapa recepcionista, la cual se hizo presente con unos papeles en sus manos, al entrar ella me sonrió con la misma amabilidad que me recibió y sonriente salió de la oficina del ingeniero dejando sobre su escritorio unos papeles.

_¿Muy guapa la señorita verdad? Se llama Claudia.
_Eh, pues, sí, es simpática ¿Claudia, eso dijo no?
_Ok Sergio, oficialmente te doy la bienvenida a SWElectrónica, claro, media vez firmes este contrato y aceptes las condiciones y el sueldo.
_¿Quéeee? ¿Pero? No comprendo.
_¿Qué es lo que no comprendes, has venido por un trabajo y lo has encontrado? Felicitaciones.
_Pero, bueno sí, pero... No entiendo, ¿cómo es qué me desea contratar si no sé nada de este negocio?... 

Muy en mis adentros estaba feliz, pero a la vez decepcionado, había conseguido un trabajo, el cual salí a buscar sin desear conseguir, esto era algo confuso, pero bueno ya encaramado en la mula, por mula, había que hacerle huevos.


Continuará... 


Tomado del libro: "Historias de un Adolescente Tímido 3" Por Sergio Raga.




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